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Film francés, Entre los Muros.-ESPACIO CURRIC.-TEORÌAY PROC. CURRICULAR-3º AÑO.-LUCIO.

Grupos heterogéneos Entre los muros: un film que (se) interroga sobre la educación La película de Laurent Cantet está basada en la obra del escritor y docente François Begaudeau, que también protagoniza el film, encarnando a M. Marin. Junto a él, un grupo de actores no profesionales, seleccionados entre los estudiantes de una escuela media de París, recrean la vida en la escuela. La extraordinaria calidad del resultado hizo que Entre los muros se alzara con el premio mayor en el Festival de Cannes de 2008, barriendo con el glamour, la celebridad y las superproducciones. Entre los muros es no solo un film ineludible para los educadores sino un sugerente material para compartir y discutir con los alumnos.

WERNER JAEGER Paideia: los ideales de la cultura griega

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RESUMEN Y REFLEXIÓN DE LA PELICULA-ESCRITORES DE LA LIBERTAD.

Este trabajo es una invitación a todos los docentes enamorados de su carrera, para que reflexionen acerca de su que-hacer pedagógico y la necesidad de innovar en la educación.

TRAILER DE LA PELICULA-LOS CORISTAS-PARA REFLEXIÓN DE LOS DOCENTES.

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martes, 23 de marzo de 2010

EL QUIJOTE DE LA MANCHA-MIGUEL CERVANTES.

RESUMEN DE DON QUIJOTE

CAP�TULO 1

En este cap�tulo se nos presenta a Alonso Quijana como un hombre no excesivamente rico, incluso se podr�a decir que era m�s bien pobre.
Tambi�n se nos da la edad de este peculiar personaje (50 años) y de su peculiar ama de llaves que pasaba de los 40. Este buen hombre ten�a era de complexi�n recia, madrugador y gran aficionado a la caza. Este peculiar personaje era gran amante de las novelas de caballer�a y ten�a como escritor favorito a Feliciano de Silva. Tal fue la obsesi�n por estos libros de caballer�a que decidi� convertirse en caballero. Para llevar a cabo esta extraña aventura tuvo que coger y limpiar las armas de sus bisabuelos.
Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las siguientes cosas:
-un nombre para �l mismo, pues todo caballero que se precie ten�a un nombre apropiado para tal faena. Decidi� ponerse como nombre Don Quijote de la Mancha, idea que sac� de Amad�s de Gaula.
-un nombre para su caballo, al cual puso como nombre Rocinante, ya que el pobre caballo no se encontraba en su mejor momento.
-una mujer a la cual dedicarle todos sus triunfos y glorias, ya que en aquellos tiempos un caballero no pod�a comportarse como tal si no ten�a una dama a la que dedicarle sus triunfos.


CAP�TULO 2

En este cap�tulo se nos narra como Don Quijote a medida emprende su primera salida antes del amanecer. Por el camino se iba haciendo preguntas sobre �l mismo y sobre su futuro como caballero y lleg� a la conclusi�n de que en realidad no era un caballero pues no llevaba armas blancas como cualquier los caballeros de sus novelas, pero despu�s de mucho pensar pudo m�s su locura que su cordura pues sigui� pensando que era un perfecto caballero. A medida que cabalgaba iba imagin�ndose que ser�a un caballero famoso y que aparecer�a en los libros de caballer�a por sus grandes hazañas.
Comenz� a anochecer y Don Quijote se introdujo en una venta para pasar la noche. All� encontr� a dos mujeres a las cuales comenz� a elogiar y alabar, las dos mujeres comenzaron a re�rse de su forma de hablar y de que no se daban por aludidas de tales piropos. Don Quijote comenzaba a enojarse, pero en ese momento apareci� el ventero que le ofreci� comida, un lugar para dejar el caballo y un buen lugar para dormir.


CAP�TULO 3

En este cap�tulo Don Quijote se arma caballero. Para que este nombramiento fuese valido Don Quijote le pidi� al ventero que le nombrara caballero, d�ndole sus razones de porque este nombramiento. El ventero acepto a este extraño nombramiento pensando que Don Quijote estaba loco y que �l a su vez ganar�a un buen dinero. Para que este nombramiento fuese valido las armas del caballero deber�an poner las armas a velar en la capilla, pero como all� no hab�a capilla, ya que supuestamente se estaba construyendo, pusieron a velar las armas en el patio y de esta manera Don Quijote permanecer�a vigil�ndolas durante todo el d�a para que no se las robaran. Don Quijote se tuvo que enfrentar con dos hombres que pretend�an rob�rselas hasta que apareci� el ventero y puso paz. Al final Don Quijote fue nombrado caballero a la vieja usanza, dando dos toques con la espada en los hombros del caballero. Una vez acabado el nombramiento las dos mujeres se quedaron sorprendidas y le dijeron a Don Quijote que le servir�an de por vida, entonces Don Quijote pregunto sus nombres y dijo que desde entonces se llamar�an por Doñas. Al final todo qued� en nada y Don Quijote se march� al amanecer.


CAP�TULO 4

En este cap�tulo Don Quijote se va de la venta y vuelve al pueblo a recoger dinero y a buscarse un escudero.
Por el camino oye unas voces y se dirige hacia ellas. Una vez all� ve como un señor est� azotando a un niño, en ese momento Don Quijote ordena al señor que pare a menos que se quiera enfrentar con �l, entonces el señor se detiene. Entonces Don Quijote le pregunta al señor que porque estaba pegando al pobre niño, el señor responde que el niño le hab�a perdido unas ovejas y el niño alega que �l lleva 9 meses sin pagarle. Don Quijote hace jurar al señor que pagar�a al niño y que le dejar�a libre. Posteriormente Don Quijote se va y prosigue su camino. Al irse Don Quijote el señor vuelve a azotar al niño y este le dice que va a buscar a Don Quijote.
Don Quijote prosigue su camino y se encuentra a dos mercaderes a los cuales les cuenta la belleza de su amada dulcinea. Estos mercaderes, para satisfacerse, le asienten diciendo que si pero que ser� manca y tuerta. Don Quijote enojado les ataca pero con la mala suerte de que su caballo tropieza y no se consigue levantar con el enorme peso de las armas. Los mercaderes le atacan y le rompen la lanza. M�s tarde ambos mercaderes se van y abandonan a Don Quijote.


CAP�TULO 5

Don Quijote desgraciado empez� a recordar uno de los libros que hab�a le�do y empez� a recitarlo en alto. Por suerte para Don Quijote pas� por all� que le reconoci� como Quijana y le ayudo a levantarse cargando sus armas sobre Rocinante. El hombre le preguntaba a Don Quijote constantemente como estaba pero �ste le respond�a con versos de los tant�simos libros que hab�a le�do. El hombre le llev� a don Quijote malherido a su casa. Cuando hab�an curado a Don Quijote este explico que le hab�an herido 10 gigantes. Cuando Don Quijote se fue a la cama el hombre explico todo lo que Don Quijote hab�a estado diciendo durante el viaje.


CAP�TULO 6

El cura y el barbero le pidieron al ama de casa las llaves de la biblioteca de Don Quijote para quemar todos sus libros. El cura y el barbero decidieron quemar casi todos los libros a excepci�n de alguno como pudo ser el Amad�s de Gaula. Cuando ya hab�an quemado todos los libros grandes se dispusieron a quemar todos los libros de pequeño tamaño que trataban de pastores y de amor�os. Quemaron todos los libros a excepci�n de uno o dos que conservaron para leerlos ellos posteriormente.



CAP�TULO 7

Don Quijote se despert� dando voces, ya que estaba desvariando y cre�a que estaba luchando con muchos enemigos. Acto seguido comenz� a hablar de libros de caballer�a, el cura y el ama de llaves de Don Quijote le dieron de comer y le volvieron a acostar para que se relajara y descansara.
El cura, el barbero y la ama de casa de Don Quijote decidieron poner un muro en la biblioteca de Don Quijote para que este no pudiera acceder a la biblioteca y as� no se diese cuenta de que todos sus libros hab�an desaparecido. En el caso de que Don Quijote se acordase de su biblioteca y preguntara por sus libros, sus amigos le dir�an que hab�a sido un mago que la hizo desaparecer mientras Don Quijote dorm�a.
Don Quijote pas� 15 d�as tranquilos ya que se hab�a propuesto buscar un escudero y conseguir dinero. Para obtener este dinero fue necesario que empeñara ciertas pertenencias suyas. Durante este tiempo encontr� a un pobre hombre llamado Sancho Panza al cual le ofreci� varias islas si se iba con �l de aventuras. Despu�s de haber hecho este peculiar trato ambos aventureros se marcharon al anochecer. Durante el viaje Don Quijote y Sancho estuvieron hablando sobre la isla que le hab�a prometido Don Quijote a Sancho.


CAP�TULO 8

Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote crey�ndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que no son mas que molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que �l piensa que son gigantes malvados, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suele acabando as� el problema de los molinos, o gigantes como segu�a afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez ley� como un caballero repuso su lanza con un tronco y as� lo hizo Don Quijote.
Al d�a siguiente cuando se dispon�an a ir a Puerto L�pice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus h�bitos negros y a una mujer que iba detr�s de ellos, se supone que iban todos en la misma direcci�n. Don Quijote se pens� que estos hombres ten�an secuestrada a la señora que iba detr�s de ellos, y decidi� atacar a los pobres monjes. Sancho le aviso que no eran m�s que dos frailes pero Don Quijote no le hizo caso y atac� a los frailes. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se cay� al suelo, Sancho amablemente intent� ayudarle, pero dos mozos arremeten contra �l y le dejan inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremeti� contra Don Quijote dej�ndole herido de un hombro.


CAP�TULO 9

En este cap�tulo Cervantes nos cuenta la historia de la lucha entre Don Quijote y el vizca�no, ya que ten�a pensado acabar el libro aqu�. As� pues estaban peleando ambos caballeros con las espadas levantadas y con rostros impasibles, el vizca�no ataca hiri�ndole a una oreja y rompi�ndole la armadura a la altura del hombro. Don Quijote enfurecido ataca tir�ndole del caballo e hiri�ndole la cara al vizca�no. Don Quijote se baja del caballo para rematarle a menos que fuera a dar sus honores a su amada Dulcinea del Toboso. El vizca�no acepta y Don Quijote le deja marchar para que vaya a presentar sus respetos a la amada del buen Don Quijote.


CAP�TULO 10

En este cap�tulo tras la batalla con el vizca�no Don Quijote y Sancho deciden reanudar su camino. Sancho pensando que Don Quijote hab�a ganado algo despu�s de esa batalla le pregunta por la isla que le hab�a prometido y Don Quijote dijo que el pobre vizca�no no era un hombre del que se pudiera obtener dinero. Por el camino Sancho decide curarle la oreja a Don Quijote, y este habla de un b�lsamo que te recupera instant�neamente. Mientras tanto estaban pensando donde pod�an dormir esa noche, ya que en una iglesia no pod�an dormir ya que hab�an agredido a unos monjes. Por el camino decidieron cenar y Sancho sac� cebolla, pan y queso. Al no encontrar un lugar donde dormir, decidieron dormir cerca de una chozas de pastores al aire libre.


CAP�TULO 11

Estaba Sancho acomodando el caballo y el burro cuando oli� cabra asada, y cuando pretendi� acercarse vio a unos cabreros que se estaban sentando alrededor de la cabra. Estos pastores ofrecieron comida y un sitio entre ellos a Don Quijote y a Sancho, el cual rechaza la comida, pero Don Quijote le ordena sentarse y comer. Mientras Don Quijote estaba comiendo bellotas recuerda como la �poca en que todo era mejor y cuando los hombres se entend�an m�s y todo en general era mejor. Estaban todos comiendo cuando apareci� un amigo de los cabreros recitando un romance. Al terminar uno de los cabreros le cur� la oreja a Don Quijote con unas hojas curativas. Al terminar se fueron todos a dormir.


CAP�TULO 12

En este cap�tulo se nos narra como un cabrero estaba anunciando la muerte de un pastor que falleci� debido a los amores de una moza muy hermosa, Marcela. Don Quijote que era desconocedor de esta historia se interes� por ella y el pastor de buen grado accedi� a cont�rsela. El pastor le contaba a Don Quijote que esta buena moza rechazaba a todos los hombres e incluso su t�o la intentaba casar pero ella se negaba. Tambi�n le contaba que al d�a siguiente era el entierro pero que no deber�a ir ya que no era de buen ver que estuviese en el entierro gente desconocida. Al final todos se fueron a dormir normalmente, pero Don Quijote durmi� en la choza.


CAP�TULO 13

En este cap�tulo se nos cuenta la conversaci�n que mantiene Don Quijote con los pastores en el camino del entierro. Los pastores loe preguntaron a Don Quijote que como es que iba tan armado por esas tierras tan tranquilas. Don Quijote les explic� que �l era un caballero que en lugar de ofrecer las victorias a Dios se las ofrec�a a su amada, ya que todos los caballeros andantes ten�an que tener una amada, explicaba Don Quijote a los pastores. Al final todos los pastores opinaron que Don Quijote estaba loco. Cuando llegaron al lugar del entierro vieron que estaba lleno de pastores, y entre todos se ve�a a Cris�nomo, el pastor muerto, en un ba�l lleno de papeles. Uno de los pastores cogi� uno de los papeles en donde hab�a escrito sus �ltimos versos Cris�nomo.


CAP�TULO 14

En la canci�n de Cris�nomo se expresan sus sentimientos en la etapa final de su vida en la que contaba como su amor hacia Marcela no le era correspondido ya que �l le ofrec�a todo su amor y sin embargo ella le rechazaba continuamente. Cuando termin� todos se dieron cuenta de la crueldad de Marcela y Ambrosio, amigo de Cris�nomo, añadi� que este cantar lo hab�a escrito mientras Marcela se encontraba ausente. Al acabar este cantar apareci� Marcela diciendo que ella no ten�a culpa de la muerte de Cris�nomo ya que si tuviera que corresponder todos los amores que le han declarado no acabar�a nunca. Tambi�n añadi� que �l era libre y que el amor tambi�n deb�a serlo siendo de esta manera un amor voluntario y en ning�n caso forzado. Adem�s comento que ella viv�a en las montañas para no molestar a nadie y para vivir sola, qu� culpa ten�a ella de que Cris�nomo se hiciera ilusiones sin darle ella ninguna esperanza. En cuanto concluyo Marcela Don Quijote la respald� inmediatamente diciendo que ella no hab�a tenido la culpa de la muerte de Cris�nomo. Una vez que enterraron a Cris�nomo, Don Quijote se despidi� de todos y a su vez unos pastores le dijeron que pod�a ir a Sevilla, tierras de grandes aventuras, pero Don Quijote no acept� hasta que no acabase todo el mar de por la zona.


CAP�TULO 15

Don Quijote se despidi� de todas las personas que se encontraban en el entierro y se march�. Durante un par de horas intent� seguir a Marcela pero al cabo de ese tiempo se par� en un claro para dormir un rato. Rocinante que vio una yeguas sali� detr�s de ellas, tanto las yeguas como los dueños de ellas comenzaron a golpear al pobre Rocinante, Don Quijote al verlo fue a luchar contra las personas que estaban golpeando a su caballo, pero al ser m�s de 20 tanto Don Quijote como Sancho resultaron apaleados. As� Don Quijote crey� que su derrota en la batalla se deb�a a que esas personas no eran caballeros y que el solo deb�a luchar contra caballeros, as� que le dijo a Sancho que �l que deb�a pelear era �l puesto que no era un caballero y Don Quijote s�. Pero Sancho se neg� alegando que �l era un hombre pacifico. Al poco tiempo ambos se levantan ya que deb�an encontrar un lugar para pasar la noche. As� encontraron una venta la cual confundi� Don Quijote con un castillo, Sancho le corrigi� y le dijo que era un simple venta, pero Don Quijote comienza a discutir con Sancho ya que �l pensaba que la venta era un castillo.


CAP�TULO 16

Una vez que ya entraron en la venta fueron atendidos por la mujer y la hija del ventero que le pusieron a Don Quijote una cama muy mal hecha. A Sancho le atendi� la sirvienta, que le puso una cama peor todav�a que la de Don Quijote. Cuando hubieron acabado de curarles les dejaron ir a sus respectivas camas para descansar, pero en su misma habitaci�n hab�a otra persona, un Harriero, el cual hab�a quedado por la noche con la sirvienta. De esta manera a la hora de la cita entraba la sirvienta a la habitaci�n y Don Quijote crey�ndose que era una hermosa dama la cogi� de las manos y la comenz� a alabar (seg�n palabras de Cervantes la mujer era enormemente fea). Al poco rato escuch� esto el Harriero y sigilosamente se acerc� a Don Quijote y comenz� a darle golpes en la espalda. La cama al no ser de muy buena calidad se cay� y produjo un ruido que despert� al ventero, que pens� que era la criada que hab�a hecho una de las suyas. La criada se escondi� en la cama de Sancho con la mala fortuna de que este comenz� a pegarla, al ver esto el Harriero y el ventero comenzaron a pegar a Sancho. Un cuadrillero que estaba durmiendo en una habitaci�n cercana se despert� con todos estos ruidos y se acerco para ver que suced�a, al ver a Don Quijote tumbado en el suelo y con sangre en la espalda se lo dijo r�pidamente a todos los que en esa habitaci�n se encontraban. Todos dejaron de golpearse mutuamente y se fueron de la habitaci�n que dando all� Don Quijote, Sancho y el cuadrillero que fue a buscar un candil para ver mejor dentro de la habitaci�n.


CAP�TULO 17

Don Quijote y Sancho en cuando notaron la tranquilidad comenzaron a preguntarse mutuamente que tal se encontraban. Don Quijote comenz� a hablar sobre lo que hab�a ocurrido crey�ndose que era la hermosa hija del ventero la que se hab�a acercado a �l. Posteriormente se acerc� el cuadrillero y le pregunto a Don Quijote que tal se encontraba, al responderle Don Quijote toscamente el cuadrillero le arrojo el candil sobre la cabeza, creyendo Don Quijote que el cuadrillero estaba encantado. Al momento Don Quijote le pidi� a Sancho unos ingredientes para fabricar una poci�n m�gica que le curar�a totalmente de sus males f�sicos. Cuando dicha poci�n se encontraba realizada Don Quijote se la bebi� produci�ndole grandes arcadas y v�mitos a su vez Don Quijote ped�a que le dejaran dormir en paz. Al despertarse Don Quijote este se cre�a que se encontraba curado del todo y as� se lo hizo saber a Sancho. Sancho al observar el resultado tambi�n quiso beber de esa extraña poci�n, y tambi�n a �l le produjo grandes arcadas y v�mitos, solo que a Sancho no le produjo ning�n efecto beneficioso. Don Quijote dijo que a Sancho no le pod�a hacer ning�n efecto bueno ya que la poci�n solo era para caballeros y Sancho no era caballero. A las 2 horas Don Quijote obligo a Sancho a irse de la venta. Pero mientras esto suced�a el ventero le recriminaba a Don Quijote que tenia que pagar su estancia en la venta, pero Don quijote se neg� a pagar ya que aquello era un castillo y los caballeros en los castillos no deben pagar. El ventero al ver que Don Quijote no reaccionaba se lo dijo a Sancho pero este dijo que el escudero tampoco deb�a pagar. Al ver esto unos hombres que estaban en la venta comenzaron a manterar al pobre Sancho y le echaron una jarra de agua fr�a sobre la cabeza, al poco tiempo los hombres dejaron marchar al pobre Sancho de la venta y as� proseguir su camino, pero eso s� se quedaron con sus alforjas.


CAP�TULO 18

Don Quijote se piensa que aquella venta estaba encantada, pero Sancho le corrige diciendo que no, ya que hab�a o�do voces humanas mientras le manteaban. Mientras continuaban u camino Don Quijote diviso dos humaredas que se pod�an ver desde donde se encontraban. As� que Don Quijote lleg� a la conclusi�n de que esas humaredas proced�an de dos ej�rcitos que se estaban enfrentando. Don Quijote y Sancho se subieron a una colina para ver mejor la supuesta batalla, y una vez all� Don Quijote comenz� a decir personajes famosos, describiendo la batalla y las armas que llevaba cada ejercito. Cuando ya estaban mas cerca Sancho se percat� de que las humaredas proced�an de unos rebaños de ovejas, y se lo hizo saber a Don Quijote, pero este se empeño en que eran ej�rcitos y se avalando sobre la ovejas. Los pastores le empezaron a tirar piedras caus�ndole heridas y rompi�ndole alguna muela. Don Quijote le pregunt� a Sancho que si tenia alguna muela rota y Sancho al ver eso vomito. Mas tarde cuando ya se encontraban preparados tuvieron ganas de comer pero al no tener las alforjas con la comida no pudieron satisfacer su apetito. Posteriormente Don Quijote le pide a Sancho que elija un camino para continuar con sus aventuras.


CAP�TULO 19

Sancho le comenta a Don Quijote que todas estas desventuras que est�n padeciendo son debidas a que Don Quijote hab�a roto su juramento de no comer pan (aqu� Cervantes se descuida ya que en ning�n momento anterior hab�a nombrado este juramento). Don Quijote le dice que tiene raz�n pero que �l tambi�n tiene parte de culpa ya que no se lo hab�a recordado. De esta forma se hizo de noche y vieron a trav�s del camino unas luces que se acercaban. Cuando ya se encontraban muy pr�ximas Don Quijote les pregunto que de donde ven�an, entonces la mula de uno de ellos se asusto y tiro al suelo al hombre que la montaba y todos los dem�s huyeron. Don Quijote enojado apunt� con su lanza al hombre que se encontraba en el suelo y le volvi� a preguntar que de donde ven�an. El hombre le dijo que era un religioso y lo que llevaban era un muerto. As� Don Quijote llam� a Sancho, el cual aprovechando la oscuridad hab�a estado robando algunos alimentos, para que ayudase a levantar al pobre religioso. Sancho a su vez present� a Don Quijote como “El Caballero de la triste figura” y Sancho ante la curiosidad del monje del porque de ese nombre dijo que era porque no ten�a muelas y porque la cara la tenia muy delgada de no haber comido en todo el d�a. As� se despidieron del monje y se fueron a un prado a comer los alimentos que hab�an robado.


CAP�TULO 20

Despu�s de haber puesto los restos de comida sobre los caballos comenzaron a caminar por el prado arriba guiados por el instinto, y que era muy de noche y la visibilidad era pr�cticamente nula. Se o�an grandes ruidos los cuales asustaban a Sancho, y viendo esto Don Quijote le dijo a Sancho: yo soy quien ha de resucitar los de la tabla redonda, los 12 de Francia y los 9 de la fama; y mientras tanto los ruidos no cesaban. Una vez dijo esto Don Quijote le dijo a Sancho que esperase ah� durante 3 d�as y que si en ese plazo no volv�a que regresara a la aldea y le dijese a su amada Dulcinea que su amado caballero hab�a muerto luchando en la oscuridad. Sancho al o�r esto se puso a llorar y le dijo que no se marchara todav�a y que esperase a mañana, pero al ver que Don Quijote no le hacia caso le ato las patas a Rocinante para que no pudiese cabalgar y Don Quijote al ver que su caballo no cabalgaba decidi� esperar al d�a siguiente. Durante esa noche Sancho comenz� a contar un cuento de un cabrero pero no lo pudo acabar debido al constante ruido que se o�a. As� paso la noche y ya al amanecer se ponen en camino de aquel enorme ruido, llegaron a unas peñas en donde encontraron unas casa mal hechas, Don Quijote se acerc� y cuando se dio cuenta de lo que era ese ruido agacho la cabeza. Cuando Sancho lo vio se comenz� a re�r. Finalmente �l cap�tulo termina con otra de las habituales discusiones entre Sancho y Don Quijote.


CAP�TULO 21

En este CAP�TULO se nos narra la aventura que tiene Don Quijote para recuperar el yelmo de Mambrino y las esperanzas o ilusiones que se hacen Don Quijote y Sancho de ser reyes y nobles gracias a su gran fama y valent�a. Al principio del CAP�TULO se nos cuenta como Don Quijote cree estar viendo a lo lejos el famoso yelmo de Mambrino, el cual, seg�n Don Quijote, lo lleva un caballero que va montada en un gran caballo. Al momento de manifestar Don Quijote su inter�s por este yelmo Sancho se apresura en decirle que no saque conclusiones precipitadas que puede armar una buena. Don Quijote sin hacerle caso se abalanza sobre este pobre hombre arrebat�ndole as� el supuesto yelmo de Mambrino. Lo m�s interesante de esta pequeña aventura es que el “yelmo de Mambrino” no era mas que una simple bac�a de az�far que sol�an utilizar los barberos. Una vez hubo acabado este pequeño percance Don Quijote y Sancho comenzaron a fantasear sobre su futuro como caballeros. Don Quijote le cont� a Sancho que si se hac�an famosos Don Quijote acabar�a cas�ndose con la hija de un gran rey y a la muerte del rey este heredar�a su reino y har�a casar a Sancho con la mejor doncella que la hija del rey tuviese. Al acabar esta extraña conversaci�n acordaron trabajar duramente para conseguir la fama suficiente como para poder ocupar los lugares deseados como rey y noble principal de ese imaginario reino.


CAP�TULO 22

En este cap�tulo se nos cuenta otra aventura de Don Quijote y Sancho en la cual nuestros dos personajes se encuentran con muchos malhechores que van a cumplir condena en las galeras del rey. Don Quijote y Sancho iban caminando tranquilamente por un descampado cuando encontraron en su camino a unos galeotes, presos, que iban escoltados por unos comisarios armados. Don Quijote al ver que estos presos iban encadenados se interes� del porque de esta inhumana situaci�n. Sancho se lo intento explicar, pero al no quedar satisfecho este comenz� a preguntarle a los galeotes el porque de su condena. Los galeotes comenzaron uno por uno a explicarle a Don Quijote el porque se encontraban encadenados y condenados a trabajar en las galeras del rey. Don Quijote al considerar injusto, que esos hombres estuvieran condenados por algo que �l no consideraba una pena mayor, decidi� liberarlos y dejarlos marchar en paz. Al acabar esta pequeña batalla entre los galeotes y Don Quijote contra los comisarios, Don Quijote les dijo a los galeotes que fueran a visitar a su amada Dulcinea del Toboso a contarle que el caballero de la triste figura, Don Quijote, les hab�a liberado de sus cadenas y penas. Los galeotes adem�s de negarse a cumplir este pequeño mandato comenzaron a apedrear y saquear a Don Quijote y a Sancho, dej�ndoles a la intemperie casi desnudos.


CAP�TULO 23

En este cap�tulo se nos narra como Don Quijote y Sancho se refugian en Sierra Morena para as� huir de la santa hermandad que les persegu�an. Mientras estaban Don Quijote y Sancho durmiendo se acerc� all� uno de los galeotes que hab�an escapado en el cap�tulo anterior y le rob� a Sancho su asno para mas tarde venderlo y sacar as� alg�n dinero, ya que por el caballo de Don Quijote, Rocinante, no ganar�a ni una sola moneda. Despu�s de que Don Quijote hubiera consolado al pobre Sancho prometi�ndole que le conseguir�a cinco asnos mas, ambos personajes comenzaron a andar por esa angosta sierra en busca de nuevas aventuras. Poco despu�s de este desafortunado incidente se toparon Don Quijote y Sancho con un coj�n y una maleta, la cual tenia varias comisas, un librillo y una bolsa con un montoncito de escudos de oro. Don Quijote al leer el librillo se intereso por saber quien podr�a ser el dueño a s� que �l y Sancho se dispusieron a buscarle a trabes de esa angosta sierra. Al cabo de un considerable tiempo encontraron a un cabrero que les cont� todo lo que sabia sobre ese misterioso personaje. Este cabrero les cont� que este era un hombre loco por momentos, ya que en ocasiones se comportaba de forma muy caballerosa y cortes y en otras ocasiones se comportaba de una forma muy brutal y loca. El cabrero hab�a acordado junto con unos amigos el llevar a este peculiar personaje a la villa de Almod�var para que le pudieran curar y tambi�n para que tanto el cabrero como Don Quijote se pudiesen informar de quien era ese misterioso hombre.


CAP�TULO 24

Cardenio, que as� se llamaba el hombre loco que viv�a en Sierra Morena, estaba muy agradecido por la ayuda que en un principio le quer�an dar los tres personajes anteriormente nombrados y a cambio de estas, supuestas, ayudas les comenz� a contar una historia. Cardenio pertenec�a a una familia rica y estaba enamorada de Luscinda hija tambi�n de otra familia rica. Cuando Cardenio hab�a conseguido el consentimiento del padre de Luscinda para casarse con ella, el padre le comunico que tenia que irse a la casa del Duque Don Ricardo. Cardenio manten�a una gran amistad con el hijo del Duque Don Ricardo con el cual tenia una confianza absoluta. En una de las cartas que la amada le manda a Cardenio le pide que le env�e el Amad�s de Gaula, al o�r Don Quijote el nombre de este peculiar libro comenz� a relatar historias de este libro y de otros que �l consideraba interesantes. Tras este peculiar par�n Cardenio continuo contando su historia y lleg� un momento en el que se puso a hablar de la reina Madasima, Don Quijote tras o�r esto Don Quijote le comenz� a tratar como un loco y como un mentiroso. Cardenio al ver la actitud de Don Quijote le tiro un guijarro que hab�a junto a �l, Sancho y Cardenio sufrieron el mismo ataque que Don Quijote.


CAP�TULO 25

Cuando Don Quijote y Sancho se estaban adentrando en la sierra Sancho le dijo a Don Quijote que se quer�a volver a casa y que estaba harto de las aventuras y andanzas de Don Quijote. Tambi�n le dijo que no entend�a por que quer�a encontrar a Cardenio ya que este no iba a continuar contando la historia que hab�a comenzado. Don Quijote le dijo que deb�a impedir que alguien tan loco como Cardenio fuese diciendo mentiras de una reina tal honrada. Mientras tanto llegaron a un lugar donde Don Quijote se detuvo para hacer penitencia, imitando as� a Amad�s de Gaula, de esta forma comenz� a gritar en lo alto de una montaña diciendo que estaba haciendo penitencia por su amada Dulcinea del Toboso. Tras haber acabado la penitencia Don Quijote le dice a Sancho que tiene que ir a pasar 3 d�as con Dulcinea y en esos d�as le tiene que contar todo lo que hab�a hecho Don Quijote en honor de Dulcinea, y que adem�s le tenia que llevar una carta a Dulcinea departe de Don Quijote. Sancho le pregunta que quien era Dulcinea del Toboso y Don Quijote le dice que su verdadero nombre es Aldanza Lorenzo. Sancho al o�r este nombre comienza a hablar mal de ella y se enzarza en una pequeña pelea con Don Quijote. Acabado esto Don Quijote comienza a escribir la carta que le mandar�a a su amada y tras leerla se la entrega a Sancho para que monte encima de Rocinante y se la lleve.


CAP�TULO 26

Cuando se march� Sancho Don Quijote se encontr� solo y sin saber que hacer y entonces decidi� imitar al Amad�s de Gaula en sus todos y actitudes melanc�licas, tras esto comienza a alabar al Amad�s de Gaula y que sea imitado por todos en cuanto pudiesen. Tras rezar un mill�n de avemar�as nos comienza a relatar una poes�a en la cual nos describe el paisaje en el que se encuentra. Al no tener nada de que sustentarse comienza a buscar algunas de hierbas para poder mantenerse. Entonces Cervantes pasa a contarnos lo que le suced�a a Sancho. Al llegar Sancho a la venta ve salir de all� al cura y al barbero que al reconocerle le preguntan por su amo, Sancho le comienza a relatar todo lo que les hab�a sucedido incluyendo la carta que llevaba encima. Cuando el cura y el barbero le piden la carta para leerla Sancho se da cuenta que no la encuentra y comienza a recordar que trataba. Los dos hombres al darse cuenta de que la carta no-tenia sentido alguno se comenzaron a re�r de la poca memoria que tenia el pobre de Sancho que no se acordaba de lo que iba la carta. Mas tarde le ofrecieron algo de comida y decidieron ir a buscar a Don Quijote par llevarle con su amada Dulcinea del Toboso.


CAP�TULO 27

Se vistieron el cura, el barbero y Sancho con ropa apropiada para ir a buscar a Don Quijote y contarle que dulcinea le enviaba un mensaje hablado en el cual requer�a su presencia ante ella. Sancho fue a buscar a Don Quijote mientras el cura y el barbero les esperaban. Mientras estaban esperando noticias de Sancho y Don Quijote escucharon como Cardenio se acercaba a ellos y al ver que el cura y el barbero conoc�an el principio de su historia decidi� cont�rsela de nuevo hasta el final, que dice as�: Repiti� la historia hasta que comenz� a decir que Don Fernando hab�a separado de Luscinda al pobre de Cardenio, al poco tiempo recibi� una carta de Luscinda en la cual dec�a que su padre hab�a acordado con Don Fernando el pr�ximo casamiento de Luscinda con este. Al o�r esto Cardenio se apresuro en irse junto a su amada para hablar con ella antes de la boda. Luscinda acord� que si no consegu�a anular la boda antes de “s� quiero” se matar�a con una daga que llegaba escondida. Cuando Cardenio aprecio como su amada pronunciaba el “s� quiero” sin hacer nada para evitarlo decidi� refugiarse en esos montes para all� pasar el resto de su vida. Cuando Cardenio acabo de contar esto se oy� una voz que lloraba tambi�n penas de amores.


CAP�TULO 28

Cuando se pusieron a buscar a la persona que de la cual proced�an esos llantos encontraron a una mujer que tambi�n tenia una historia que contar. Esta mujer afirmo llamarse Dorotea y dec�a que estaba all� ya que un hombre llamado Don Fernando le hab�a prometido matrimonio pero este la dejo tras conseguir sus prop�sitos, d�as despu�s se hab�a enterado de que este Don Fernando iba a casarse con Luscinda pero esta en el momento de la boda se hab�a desmayado encontrando en su vestido una nota que dec�a que ella en realidad quer�a a Cardenio pero que hab�a dicho que si por no desobedecer a sus padres y que tenia la intenci�n de matarse si no la dejaban estar con Cardenio, lo que se confirmo tras encontrar tambi�n una daga en su vestido. Despu�s de este acontecimiento Fernando entro en c�lera e intento matar all� mismo a Luscinda pero los invitados se lo impidieron. A los pocos d�as Fernando sali� de la ciudad sin dejar rastro alguno y al poco tiempo Luscinda hizo lo mismo.


CAP�TULO 29

Al final de todo Cardenio le confiesa a Dorotea su identidad y le dice que no descansara hasta verla con el que debiera de ser su esposo Don Fernando. Al poco tiempo escucharon que Sancho llegaba y les dec�a que hab�a encontrado a Don Quijote desnudo y casi muerto de hambre y que hab�a dicho que no aparecer�a ante su amada, Dulcinea, hasta que se hubiera convertido en un gran caballero digno de su amada. Acordaron que Dorotea se hiciese pasar por la princesa Micomicona que iba en busca de Don Quijote para que este matase a un gigante. Se subi� Dorotea a la mula del cura y as� salir en busca de Don Quijote. Cuando Dorotea encontr� a Don Quijote le dijo que no pod�a comenzar otra nueva aventura a menos que vengara primero al que entro en el reino de esta princesa, Don Quijote caballerosamente accedi� y le dijo a Sancho que armase a Rocinante que seguir�an a la princesa hasta donde ella mandase. Cuando se encontraron Don Quijote, la princesa y Sancho con el cura, el barbero y Cardenio fingieron un encuentro casual para as� acompañarles. Por el camino el cura le cont� a Don Quijote que el hab�a ido con el barbero a cobrar unos impuesto pero que se los hab�an robado unos galeotes que, probablemente, habr�a liberado un loco. A todo esto Don Quijote no sabia que decir pues hab�a sido �l quien liber� a los galeotes.


CAP�TULO 30

Al poco tiempo Sancho les cont� a todos que hab�a sido Don Quijote el que hab�a liberado a los galeotes. Don Quijote r�pidamente dijo que su misi�n como caballero era ayudar a los desgraciados y no descubrir si sus penas eran verdaderas o falsas. Para calmar la rabia de Don Quijote Dorotea se comenz� a inventar la historia de la princesa Micomicona, su supuesta historia. Ella era hija del rey Tinacrio el Sabedor y de la reina Jaramilla. El rey predijo que el gigante Pandafilando le pedir�a matrimonio a la princesa Micomicona, pero como esta no se quer�a casarse con el gigante parti� a buscar a un caballero que la salvase del gigante y que posteriormente se casase con ella. Al o�r esto Don Quijote se lo dijo a Sancho el cual se alegr� al saber que ya ten�an un reino al que mandar. Pero Don Quijote le dijo al momento que �l le cortar�a la cabeza al gigante pero que no se casar�a con ella ya que estaba enamorado de Dulcinea. Tras o�r esto Sancho se enfad� profundamente y llego a decir que Dulcinea no merec�a a Don Quijote lo que produjo el gran enfado de Don Quijote que llego a arrearle varias veces. A lo lejos vieron venir a un hombre montado en el asno de Sancho por lo que Sancho comenz� a gritar al hombre que lo montaba escapando y dejando al asno libre. Sancho al volverse a encontrar con su asno comenz� a besarle como si de una persona se tratase. Don Quijote dijo que todav�a manten�a la promesa de regalarle tres asnos m�s. Al poco rato Don Quijote le dijo a Sancho que le contara todo lo que hab�a sucedido en el viaje que tuvo hacia la casa de Dulcinea.


CAP�TULO 31

Sancho al no saber que decir no hacia mas que decirle mentiras a su amo acerca de la supuesta conversaci�n que mantuvo con Dulcinea. Sancho le dec�a a Don Quijote que nada mas llegar Dulcinea rompi� la carta ya que al no saber leer no quer�a que nadie la leyera por ella, entonces Dulcinea insisti� en que Don Quijote fuese a verla al Toboso. Don Quijote preguntaba constantemente que era exactamente lo que Dulcinea hab�a dicho pues le interesaba la pura verdad. Llego un momento en el que Don Quijote dud� si ir con Dulcinea primero o ir primero a cortarle la cabeza al gigante. Ante esta duda Sancho le dijo que fuese primero a donde se encontraba el gigante, ya que Sancho ve�a peligrar el señor�o que le hab�a prometido.


CAP�TULO 32

En este cap�tulo se nos cuenta como Don Quijote y Sancho vuelven otra vez a la venta donde ya hab�an tenido alguna aventura con anterioridad. En esta venta se encuentran tambi�n el cura, el ventero, y los habituales ocupantes de la venta. Estos personajes estuvieron discutiendo durante un largo periodo de tiempo acerca de la autenticidad o no de las historias de los libros de caballer�a. El cura y el barbero argumentaban que los libros de caballer�a eran mentiras e invenciones de unos escritores que lo �nico que deseaban era entretener a la gente. El ventero y los ocupantes de la venta argumentaban que estos libros eran historias verdaderas que le hab�an sucedido a unos personajes en el tiempo y contexto que en el libro se citaban. El cura y el barbero dec�an que todos los libros que hab�a en la venta se deb�an quemar, adem�s no mucho tiempo atr�s hab�an encontrado en la venta una maleta con tres libros: “Don Cirongilio de Tracia”, “F�lixmarte de Hircania” y la “Historia del Gran Capit�n Gonzalo Hern�ndez de C�rdoba”. Adem�s de estos libros encontraron tambi�n unas hojas, de muy buena letra, en las cuales estaba escrita una novela llamada: “La novela del curioso impertinente”, la cual ley� el cura en voz alta para que todos la escucharan.


CAP�TULO 33

En este cap�tulo se nos cuenta “La novela del curioso impertinente” tal y como se supone que se relataba en las hojas que encontraron en la venta. En esta novela se nos habla de dos amigos, Lotario y Anselmo el cual se cas� con Camila, cuya amistad era tan grande que llegaron a llamarlos los dos amigos. Entre estos dos personajes se produjo un dilema ya que Anselmo, que se encontraba casado con Camila gracias a las mediaciones de su amigo Lotario para unirlos en casamiento, quer�a poner a prueba a su mujer, Camila, haciendo que su amigo Lotario ofreciera a Camila regalos y joyas para que se probase as� la fidelidad que tenia Camila hacia su esposo Anselmo. Lotario en un primer momento se niega a hacer tal cosa ya que consideraba que Camila era una mujer muy pura y muy honrada como para acceder a estas ofrendas de Lotario y que lo �nico que se conseguir�a con este plan es demostrar la honestidad de Camila y la poca confianza que tiene Anselmo hacia su mujer. Lotario tras ver que su amigo estaba dispuesto a utilizar a otra persona para poner en practica su plan accede a ponerlo en practica �l mismo. Pero lo que hace es contarle a Anselmo conversaciones ficticias en las cuales Camila no accede a las ofrendas de Lotario. Anselmo al darse cuenta de este amenaza de nuevo a Lotario con buscar a otro, pero Lotario le jura que volver� a poner en practica el plan que hab�a ideado Anselmo con anterioridad para lo cual Anselmo deja solos a Camila y a Lotario durante 8 d�as para que Lotario pusiera en marcha el extraño plan. Durante 3 d�as no ocurri� nada pero al cuarto d�a Anselmo se decidi� y le dijo a Camila lo que acontece en el siguiente cap�tulo.


CAP�TULO 34

En este cap�tulo se continu� la novela del Curioso Impertinente. Tras esos d�as de incertidumbre Camila se da cuenta de los sentimientos de Lotario y le escribe una carta a su marido cont�ndole lo que esta sucediendo, Anselmo viendo que el plan funciona responde a su esposa dici�ndole que no se preocupara de nada que �l llegar�a pronto. Cuando este llega le pregunta a su amigo Lotario que es lo que sucede y este le confirma la pureza de su mujer la cual no cesa de rechazar sus proposiciones. Camila le cuenta todo a su criada Leonela la cual utiliza esta informaci�n para llevar a la casa de Camila todas las noches a su amante, sabiendo que si Camila dec�a algo a Anselmo esta se lo contar�a todo acerca del verdadero amor de Lotario hacia Camila. Lotario le cuenta a Anselmo que ha visto salir a un hombre de la casa pensando que este hab�a estado con Camila, habiendo estado en realidad con la criada, Leonela. Entre Lotario, Camila y Leonela consiguen que Anselmo se esconda como quien no quiere la cosa en una habitaci�n de la casa para as� poner en funcionamiento un plan para que tanto Camila como Lotario pudieran quedar bien y resolver todo el entuerto que se hab�a formado. Al acabar con este plan Anselmo sale a hablar con Lotario para manifestarle su alegr�a tras ver que su esposa es tan pura y sincera como cre�an en un primer momento y para
felicitar a Lotario por lo buen amigo que era y lo bien que se hab�a portado con �l.


CAP�TULO 35

Antes de que hubiera acabado el cura de leer la novela apareci� Sancho por la puerta haciendo que Don Quijote estaba librando una gran batalla contra el gigante enemigo de la señora princesa Micomicona. Al o�r esto el cura se levanto con rapidez cuando o�a un gran ruido acompañado de las voces amenazantes de Don Quijote. Cuando entraron en la habitaci�n de Don Quijote vieron que este se encontraba a cuchillada limpia con los cueros de vino. Lo m�s extraño de la situaci�n eran las pintas que ten�a Don Quijote y que adem�s de tener los ojos cerrados, ya que se encontraba soñando y no despierto, estaba con una camisa que apenas le cubr�a los muslos, las piernas no excesivamente limpias y llenas de vello, y ademes en el brazo izquierdo tenia envuelta la manta de la cama. Al ver todo revuelto y lleno de vino, el ventero se abalanz� sobre el pobre Don Quijote propin�ndole gran numero de golpes a puño cerrado, tan fuerte le daba el ventero que si no llega a ser por Cardenio y por el cura Don Quijote se hubiera quedado hay de por vida. Tras un corto espacio de tiempo el barbero consigui� despertarle ech�ndole un cubo de agua fr�a en la cabeza. Despu�s de que Don Quijote se hubo quedado dormido de nuevo continuaron leyendo la novela del Curioso impertinente. Continuando por donde nos hab�amos quedado en la lectura de esta curiosa novela Leonela se hab�a escapado con Camila y Lotario dejando a Anselmo solo en la casa. Cuando Anselmo descubri� que le hab�an dejado solo decidi� irse a una de las casas que tenia un amigo suyo en el campo, donde muri� una vez hubo escrito un ep�logo de su vida, en la cual explicaba como mor�a por Camila. Una vez acabaron de leer el libro el cura la califico de poco cre�ble ya que no se explicaba como alguien que lo tenia todo como Anselmo pudo liar tanto las cosas para comprobar la sinceridad de su mujer, la cual al final le acabo abandonando.


CAP�TULO 36

Se encontraban en la puerta de la venta el ventero que divis� como se acercaban a la venta una tropa de hu�spedes. Le pregunto Cardenio al ventero cuantos eran los posibles visitantes, a lo que respondi� el ventero dici�ndole que eran cuatro a caballo, dos a pie y una mujer vestida de blanco. Al o�r esto Cardenio entro en la habitaci�n de Don Quijote. Cuando llegaron los caballeros a la venta se apearon de los caballos y trasladaron del sill�n a una silla, que estaba pr�xima a la habitaci�n de Don Quijote, a la misteriosa mujer. Todos se preguntaban quien seria esta extraña mujer pero nadie daba respuesta a las preguntas que Dorotea hacia a los mozos. Cuando Cardenio se entero de quien era esa misteriosa mujer se dio cuenta que la conoc�a y comenz� una larga conversaci�n con ella, pareciendo que se la estaba disputando con Fernando, el caballero que la hab�a trasladado del sill�n a la silla. Al poco tiempo se descubri� que la mujer se llamaba Luscinda y no Micomicona como hab�a dicho Sancho con anterioridad.


CAP�TULO 37

Mientras tanto el propio Sancho se cre�a que la Dorotea era una princesa, que el famoso gigante era Fernando. A todo esto Don Quijote segu�a durmiendo en sus aposentos. En la venta se encontraban todos muy contentos ya que al estar pr�cticamente llena la venta las ganancias para el ventero eran bastante considerables. Entre tanta felicidad solo Sancho era el triste pero al poco rato se despert� Don Quijote y comenz� a hablar con �l. Don Quijote le cont� a Sancho la aventura, imaginaria claro esta, que hab�a tenido este con el famoso gigante al cual hab�a liquidado de tal forma que llego a comparar la sangre del gigante con enormes r�os de agua. Sancho al o�r esto le corrigi� dici�ndole que m�s que r�os de agua eran r�os de vino tinto, haciendo alusi�n a los cueros de vino que hab�a destrozado Don Quijote. Al o�r esto Don Quijote le pidi� una explicaci�n a Sancho de porque dec�a r�os de vino tinto, a todo esto Sancho le explico lo que hab�a sucedido y tambi�n le explic� lo que estaba sucediendo actualmente en la venta. Don Quijote bajo al sal�n y comenz� a hablar con Dorotea la cual en alguna ocasi�n quiso cortarle, mas Fernando no se lo permit�a ya que le interesaba todo lo que all� se hablaba. Una vez hubo acabado la conversaci�n Fernando se comprometi� en llevar a Don Quijote a su, casa quedando de este modo, los venteros, enormemente aliviados y alegres.


CAP�TULO 38

En este cap�tulo se ve como Don Quijote habla del soldado, de c�mo es la persona m�s pobre que hay en el mundo ya que tiene que sobrevivir con los m�nimos recursos existentes y aun as� consigue sacarle el mayor partido a cualquier situaci�n dificultosa. Tambi�n les dijo que los menos premiados en la guerra y los m�s importantes en ella son los pobres soldados, que adem�s suelen morir en ellas. Tambi�n compar� el trabajo de los letrados con el trabajo de los soldados ya que trabajan much�simo mas los soldados que los letrados y en realidad es much�simo menor la recompensa que recibe un soldado. Tambi�n afirmo que es necesaria la presencia de los letrados ya que sin ellos no habr�a leyes y sin leyes no se podr�an defender los reinos y sin las leyes no se podr�an defender los caminos y sin esto no habr�a seguridad ni la gente podr�a ir tranquilas por las calles. Una vez hubo concluido la conversaci�n de Don Quijote el cautivo dijo que ahora iban a o�r el verdadero discurso y cuando todos estaban dispuesto a o�r tal conversaci�n dijo lo que se viene a decir en el siguiente cap�tulo.


CAP�TULOS 39,40 Y 41 HISTORIA DEL CAUTIVO

El cautivo nos cuenta como su padre dividi� su hacienda en tres partes, una par �l y las otras para sus tres hijos. Los cuales deber�an dedicarse uno a las armas, otro a las letras y el otro al comercio. El cautivo nos cuenta que �l fue quien se dedic� alas armas y que tras unos cuantos viajes fue apresado y hecho cautivo por el rey de Argel. El cautivo tras ser apresado en una prisi�n de Argel recibi� por una ventana de la c�rcel dinero y una carta de una mujer que le dec�a que quer�a fugarse con �l y casarse con �l. Con el dinero de la muchacha el cautivo consigui� escaparse de la c�rcel y junto a unos amigos fue a buscar a la chica y all� consiguieron el tesoro que conten�a escudos de oro. Tras m�ltiples aventuras, entre ellas el haber perdido gran parte del tesoro de camino a Mallorca, consiguieron llegara montañas leonesas para junto a su amada buscar si todav�a sobreviv�a alguno de sus parientes.


CAP�TULO 42

En este cap�tulo se nos narra como al acabar el capit�n Viedma su relato lleg� a la venta un coche en el cual estaban un Oidor y una doncella muy hermosa de diecis�is años. El cautivo descubri� que ese Oidor era su hermano y la hermosa doncella que le acompañaba era su hija, este hermano suyo, Juan P�rez de Viedma, iba a embarcar hacia Sevilla donde hab�a sido nombrado Oidor de Audiencia. Mediante el cura se presentaron los dos hermanos y la hermosa hija del Oidor con Zoraida. Al acabar esto decidieron que el capit�n y Zoraida se fuesen con el Oidor y su hija Sevilla y una vez all� avisar�an al padre de la mora, Zoraida, para que asistiera al bautismo y a las bodas de su hija. Todos decidieron irse a la cama menos Don Quijote que decidi� quedarse haciendo guardia al castillo para que nadie se acercase ha hacer mal alguno a la gente del castillo. Cuando faltaba poco para el alba escucharon todos a un mozo que cantaba de tal manera que su voz encantaba a todo aquel que le escuchaba, seg�n palabras de Cardenio.


CAP�TULO 43

Dorotea despert� al o�r el canto de este extraño muchacho, esta a su vez despert� a Clara para que escuchase tambi�n a este muchacho. Al o�r Clara a este joven le reconoci� como Don Luis, hijo de un caballero de Arag�n, del cual se hab�a enamorado desde el momento que lo vio. Este muchacho al enterarse de la partida de Clara, decidi� seguirla y cantarle todas las noches los poemas que �l mismo compon�a para Clara. Dorotea, al ver el temor que Clara ten�a de que su padre se enterase de los deseos que ten�an ambos, decidi� tranquilizar a Clara prometiendo que al d�a siguiente se le ocurrir�a algo para solucionar el problema. La hija de la ventera y Maritormes decidieron gastarle a Don Quijote una broma y desde un agujero del pajar llamaron a Don Quijote, que se encontraba velando por la seguridad de sus amigos. Don Quijote miro por el agujero que era, seg�n �l, una ventana con rejas de oro y pensando que era la hija del señor del castillo la persona que estaba al otro lado declar�ndole su amor a Don Quijote, este le dijo que har�a todo lo que ella quisiese menos corresponderle su amor. Maritormes le pidi� a Don Quijote que le diese la mano para que as� pudiese desahogar todo el deseo que sent�a hacia Don Quijote. Don Quijote acept� a darle la mano diciendo que esa mano hab�a sido usada para combatir en grandes batallas. Mientras Don Quijote se sub�a a la silla de Sancho Maritormes le ataba la mano con el cerrojo de la puerta del pajar.


CAP�TULO 44

Al amanecer debido a un extraño movimiento de Rocinante Don Quijote qued� colgado de la mano, Maritormes al o�r los grandes gritos que este daba le desato la mano. Al desatarle la mano Don Quijote se cayo delante del ventero y de los cuatro jinetes que llegaban a la venta.
Estos caballeros eran enviados del padre del muchacho, Don Luis, que hab�a estado cantado la noche anterior en honor de Clara. Estos hombres ven�an en busca de este muchacho ya que su padre deseaba verle. Poco despu�s el Oidor, padre de Clara, le pregunto al muchacho, que se encontraba en la venta, quien era y este le dijo que era un vecino suyo que iba sigui�ndoles porque amaba profundamente a su hija Clara y deseaba casarse con ella. El padre al o�r esto acepto siempre y cuando el padre del muchacho estuviese conforme. Acabado esto decidieron irse a Andaluc�a Don Luis, Don Fernando, el Oidor, Clara y uno de los criados. Mientras que el resto de los criados fuesen a ver si el padre de Don Fernando estaba conforme con esta boda.
En ese momento tuvieron Don Quijote y Sancho la mala suerte de que apareci� por all� el barbero al que Don Quijote le hab�a arrebatado el yelmo de Mambrino, el barbero al ver a Sancho arremeti� contra �l llam�ndole ladr�n por haberle saqueado. Al ver Don Quijote como su escudero peleaba por defender su honor le prometi� que le nombrar�a caballero en la primera ocasi�n que tuviera. Durante el resto del cap�tulo estuvieron discutiendo sobre si el famoso yelmo de Mambrino era yelmo o una simple bac�a como afirmaba el barbero.


CAP�TULO 45

Despu�s de una gran discusi�n sobre de quien era la famosa vac�a, el cura pag� al barbero ocho reales por la famosa vac�a. Obviamente el cura pag� al barbero los ocho reales sin que Don Quijote se enterase ya que si esto sucediese se enfadar�a tremendamente. En esta pelea participaron tambi�n unos caballeros. Uno de los caballeros de la Santa Hermandad, despu�s de confirmar que era Don Quijote la persona a la que buscaban, le apreso acus�ndole de salteador de caminos. Al ver esto sus amigos corrieron en su ayuda y Don Quijote al verse liberado comenz� a insultar al caballero ya que le estaba apresando por cumplir los c�digos de la caballer�a.


CAP�TULO 46

Despu�s de que el cura les hubiera explicado que Don Quijote estaba totalmente loco aceptaron a no meterle en prisi�n. Despu�s de que este enredo se hubo solucionado Don Quijote le dijo a la princesa Micomicona que prosiguieran con la aventura que esta le hab�a encomendado y ella le dijo que partir�an en cuanto Don Quijote quisiese. Una vez Don Quijote se dio cuenta que pod�an partir en busca de sus aventuras le dijo a Sancho que ensillara a Rocinante para partir cuanto antes. Sancho le dijo a Don Quijote que recientemente hab�a visto a la supuesta reina Micomicona con Don Fernando haciendo cosas no excesivamente dignas de una reina. Al o�r esto Dorotea se enrojeci� ya que era cierto que hab�a estado con Fernando y era mas cierto todav�a que ella no era la reina Micomicona.
Don Quijote al o�r esto comenz� a insultar a Sancho llam�ndole embustero y mal criado. En ese momento Dorotea atribuy� todo lo que vio Sancho a un encantamiento lo que calm� a Don Quijote e hizo que Sancho se disculpara por su mala interpretaci�n. Mas tarde el cura y el barbero decidieron llevar a Don Quijote engañado hacia su casa, as� que fabricaron una jaula encima de una carreta y se dispusieron a inventar una historia para que Don Quijote entrara en ella. El cura y el barbero, con ayuda de Don Fernando, Don Luis, los cuadrilleros y los camaradas de Don Fernando, se taparon la cara con mascaras y entraron en la habitaci�n de Don Quijote y de Sancho dici�ndoles, con voz fantasmal, que para cumplir la misi�n de la princesa Micomicona deb�a introducirse en la jaula para as� cumplir esta misi�n. Don Quijote acepto y le agradeci� la profec�a que le acababa de hacer el supuesto fantasma. Pero a pesar de esto hab�a quedado muy confuso por que no recordaba que a ning�n caballero le hubieran trasladado en una jaula a su lugar de destino. Adem�s de esto el supuesto fantasma le dijo a Sancho que si segu�a con su señor y segu�a sus pasos la recompensa prometida se le dar�a al acabar la aventura.


CAP�TULO 47

Una vez emprendido el viaje se encontraron con seis o siete jinetes de los cuales uno, que era can�nigo de Toledo, se acerc� y pregunt� porque llevaban a ese hombre enjaulado. Don Quijote le respondi� que �l era un caballero andante que debido a un encantamiento tenia que ir enjaulado. Pero Sancho dijo que su amo no estaba encantado ya que su comportamiento era totalmente normal. El cura al o�r esto apart� al can�nigo y le explico la locura de Don Quijote. Despu�s de haber o�do esto el Can�nigo comenz� a criticar los libros de caballer�a, aunque entre todas las criticas resalto algunos puntos interesantes que ten�an los libros de caballer�a.


CAP�TULO 48

El Can�nigo y el cura prosiguieron hablando de las novelas de caballer�a. En un momento dado el Can�nigo lleg� a decir que una vez estuvo a punto de escribir una novela de caballer�a pero cuando hab�a escrito ya bastantes hojas se dio cuenta de que deb�a dejar de escribir esta novela ya que si prosegu�a con la novela quedar�a encerrado en un mundo del que no podr�a salir. Durante el resto del cap�tulo el Can�nigo y el cura siguieron criticando este tipo de novelas que lo �nico que dicen son disparates sin sentido. Mientras tanto Sancho le intentaba explicar a Don Quijote que no estaba encantado sino que estaba embaucado por el cura y el barbero que quer�an que volviese a casa. Cuando Sancho se lo estaba explicando Don Quijote le dijo que investigara que era cierto que todo aquello no le ol�a demasiado bien.


CAP�TULO 49


Este cap�tulo comienza con Sancho y Don Quijote discutiendo sobre si era cierto o no el encantamiento de Don Quijote. Al final de la conversaci�n Don Quijote le dice a Sancho que si que tenia que estar encantado ya que si no lo estuviese no se dejar�a llevar hasta dentro de esa jaula. Cuando pararon para descansar Sancho le dijo al cura que dejara salir a Don Quijote para que as� pudiese dar una vuelta y hacer sus necesidades. Mientras Don Quijote se encontraba fuera de la jaula el Can�nigo intento convencer a Don Quijote de que los libros de caballer�a no son mas que cuentos sin sentido pero este le respondi� con tant�simos argumentos que el Can�nigo se dio cuenta que era imposible sacarle de su locura.


CAP�TULO 50

Don Quijote y el Can�nigo prosegu�an su conversaci�n sobre los libros de caballer�a donde Don Quijote comenz� a contar el largo discurso del caballero del Lago en la cual se describe el paisaje en donde se producen. Despu�s de contar esto acaba diciendo que desde que es caballero andante es un gran hombre. Cuando acab� esto Don Quijote y Sancho volvieron a hablar de la recompensa que le tenia que dar Don Quijote a Sancho cuando acabara la aventura. Ante esto Sancho manifest� un gran temor ya que no sabr�a lo que hacer si llegara a gobernar mal y en caso de hacerlo no sabr�a como deber�a gobernar bien sobre su territorio. Mientras iban caminando el grupo encontr� un pastor que sal�a de la maleza detr�s de una cabra a la cual le estaba reprochado que al ser hembra no se pod�a estar tranquila. Entonces entablaron una conversaci�n entre el cura y el pastor en la cual el cura lleg� a decir que los montes cr�an letrados y las cabañas fil�sofos. Entonces el pastor para corroborar esto comenz� a contarles una historia.


CAP�TULO 51

El pastor comenz� a contar la historia de Eugenio y Leandra. El pastor contaba que cuando era mas joven se hab�a enamorado de una mujer llamada Leandra pero como �l y otro chico mas le hab�an pedido su mano el padre dej� la elecci�n en manos de la propia Leandra, la cual se lo estaba pensando mucho debido a su juventud. Por aquellos d�as apareci� en el pueblo un soldado que iba contando muchas historias de guerras y batallas. Leandra al escuchar estas historias cogi� joyas de su casa y se fug� con el soldado. A los pocos d�as encontraron a Leandra sin dinero y abandonada ya que el soldado le hab�a robado las joyas que esta pose�a, el padre para darle un escarmiento a su hija decidi� meterla en un convento. Una vez acabo la historia explic� que por eso le dec�a a la cabra que deb�a ser mujer ya que su comportamiento era alocado igual que lo fue el de Leandra.


CAP�TULO 52

Don Quijote le dijo al cabrero que si no fuera por que no pod�an comenzar una nueva aventura ir�a a buscar a Leandra y se la traer�a junto a �l, intentando no incumplir ninguna norma de caballer�a. El cabrero pregunto que quien era aquel hombre que hablaba de esa manera. Cuando se enter� de quien era Don Quijote opino que deb�a estar loco ya que su forma de hablar no era norma. Cuando Don Quijote escuch� esto comenz� a insultar al cabrero dici�ndole que era �l quien estaba loco, y de este modo se enzarzaron en una pequeña pelea de la cual sali� Don Quijote perdiendo. Al poco tiempo vio Don Quijote a un grupo de personas en procesi�n que llevaban a una imagen, cubierta con un paño, a una ermita cercana para pedir por la sequ�a. Don Quijote al ver esto arremeti� contra ellos. Don Quijote parti� con su espada uno de los palos que llevaba un hombre pero este hombre golpe� a Don Quijote tir�ndolo al suelo. Cuando Sancho vio a Don Quijote tirado en el suelo pens� que estaba muerto y comenz� a lamentarse por la muerte de su amo. Cuando Don Quijote volvi� en s� le dijo a Sancho que deb�an volver a casa y esperar un tiempo para salir de nuevo. Despu�s de esto continuaron el viaje Don Quijote, Sancho, el cura y el Barbero. Cuando Don Quijote volvi� a casa le estaban esperando el Ama y la Sobrina las cuales se ocuparon de que Don Quijote descansara en paz y tranquilidad. Sancho manifest� su gran alegr�a por las aventuras que tuvieron y manifest� su intenci�n de volver con Don Quijote.



TOMO 2



CAP�TULO 1

El cura y el barbero estuvieron bastante tiempo sin ir a visitar a Don Quijote aunque se enteraban sus progresos por medio de su ama y de la sobrina las cuales afirmaban que estaba recobrando el juicio. Unos d�as despu�s el cura y el barbero fueron a visitar a Don Quijote el cual les recibi� efusivamente. Estos estuvieron hablando de muy diversas cosas pensando que Don Quijote estaba cuerdo. El cura como prueba de oro decidi� contarle a Don Quijote que el rey estaba recibiendo una invasi�n. De este modo Don Quijote contesto diciendo que tendr�a que recurrir a los caballeros andantes que gustosamente le ayudar�an. De este modo comprendieron que Don Quijote segu�a loco.
El barbero cont� una historia de un loco que resid�a en Sevilla. Don Quijote en respuesta a esta historia comenz� a hablar de la edad de los caballeros dando a entender al cura y al barbero que ten�a en mente una nueva salida. El cura comienza a provocar a Don Quijote dici�ndole que los caballeros andantes no existen y Don Quijote en respuesta comienza a dar opiniones muy documentadas entre las cuales dec�a que los caballeros son tan reales que se podr�a llegar a afirmar que �l ha vista a Amad�s, a Reinaldos y a Rold�n.


CAP�TULO 2

El cura y el barbero decidieron irse a la vez que escuchaban como el ama y la sobrina de Don Quijote est�n acusando a Sancho, que quer�a ir a visitar a su amo, de haber engañando a Don Quijote. Al o�r esto Don Quijote manda a Sancho entrar para poder hablar con �l. Don Quijote le pregunta a Sancho cual es la opini�n del pueblo sobre sus hazañas. Sancho le responde diciendo que en el pueblo todo el mundo dice que Don Quijote estaba loco y que Sancho era un mentecato y que tambi�n se dec�a que Don Quijote se hab�a puesto el “Don” y que se hab�a hecho caballero sin derecho a ello. Don Quijote dijo que esos rumores eran todos causa de la envidia. Sancho le cont� tambi�n que Bartolom� Carrasco, que acababa de hacerse Bachiller en Salamanca, le cont� que hab�a visto impresa la historia de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Don Quijote al o�r esto mand� a Sancho en busca del Bachiller.


CAP�TULO 3

Cuando se fue Sancho quedo Don Quijote pensando como era posible que alguien hubiese escrito sus aventuras si no hab�a transcurrido mucho tiempo desde que comenz� sus aventuras. Tambi�n le preocupaba el que el escritor del libro se hubiese inventado algo acerca de su amada Dulcinea. Cuando Sans�n Carrasco lleg� a donde estaba Don Quijote se arrodill� ante �l como si de un gran caballero se tratara, y comenz� a alabar las aventuras que hab�a le�do en ese libro. El cap�tulo termina contando como el Bachiller y Don Quijote ponen en com�n detalles de la primera parte, como por ejemplo lo que hizo Sancho con los cien escudos de oro que encontraron en Sierra Morena y los errores del autor, como la inclusi�n de la novela del Curioso Impertinente y el extraño hurto del jumento de Sancho. Finalmente el Bachiller le manifiesta lo famosas que son sus aventuras ya que las leen todas las personas por todo el mundo.


CAP�TULO 4

Sancho comenz� a explicar que fue lo que sucedi� con los cien escudos y tambi�n explic� el famoso robo del jumento. En ese momento escucharon relinchar a Rocinante lo que consideraron como un indicio de buena suerte. Mas tarde decidieron realizar una nueva salida en unos tres o cuatro d�as. M�s tarde despu�s que Don Quijote le hubo pedido al bachiller que compusiese unos versos para despedirse de Dulcinea acordaron el marcharse en unos ocho d�as, con la condici�n de que el bachiller no les dijese nada al cura, al barbero, a su sobrina, ni al ama.


CAP�TULO 5

En este cap�tulo Sancho mantiene una intensa conversaci�n con su mujer, Teresa, acerca de que Don Quijote y �l van a volver a las aventuras y que Don Quijote le hab�a renovado las promesas de darle una �nsula al terminar sus aventuras. Durante el resto del cap�tulo Sancho y su mujer discuten acerca de s� cuando Sancho sea monarca de la �nsula su hija deber� casarse con un igual o con un gran monarca vecino. Como conclusi�n Sancho obedece a su mujer, la cual se hab�a puesto a llorar, y le dice que nombrar�a a su hija condesa lo mas tarde posible. Acabada la conversaci�n Sancho se fue con Don Quijote para ultimar los detalles de su partida.


CAP�TULO 6

La sobrina y el ama de Don Quijote al temerse que Don Quijote volviera a las andadas comenzaron a decirle que seria mejor que fuese a servir al rey y que dejara de ser un caballero andante. Don Quijote al o�r esto comenz� a comparar a los caballeros andantes con los caballeros cortesanos. Mientras tanto su sobrina le intentaba convencer de que los caballeros andantes no son mas que tonter�as, tambi�n le dec�a la sobrina a Don Quijote que otro motivo por el cual Don Quijote no pod�a ser caballero era por que era pobre y solo los hidalgos y los ricos pod�an ser caballeros. Don Quijote le comenz� a explicar que �l hab�a nacido bajo la influencia de Marte por lo que deb�a dedicarse a las armas y añadi� que no se molestasen mas en intentar imped�rselo ya que era el cielo quien ordenaba que �l fuese caballero. Al poco tiempo apareci� Sancho y Don Quijote le recibi� con grandes abrazos y se encerr� con �l en sus aposentes.


CAP�TULO 7

En cuanto el ama de Don Quijote vio entrar a Sancho se fue a buscar al bachiller para que impidiese la salida de Don Quijote y Sancho. Cuando el bachiller escucho lo que le dijo el ama le dijo que se tranquilizara y que se fuese a casa que m�s tarde ir�a �l. Cuando Sancho estuvo solo con Don Quijote le pidi�, por consejo de su mujer, que le exigiera un salario ya que no se pod�a mantener de las mercedes. Don Quijote le dijo que era tradici�n que los escuderos se mantuviesen de las mercedes de su señor y que �l no estaba dispuesto a romper ninguna tradici�n caballeresca. Don Quijote le dijo a Sancho que si no quer�a continuar siendo su escudero que ya encontrar�a otro escudero. Al poco tiempo apareci� el Bachiller junto con el ama y la sobrina de Don Quijote. El bachiller se acerc� a Don Quijote y le animo a proseguir con su aventura ofreci�ndose incluso para ser su escudero. Sancho al o�r esto comenz� a llorar y le dijo que �l seguir�a siendo su escudero y que solo le hab�a pedido el sueldo para complacer a su mujer. Despu�s de esto Sancho y Don Quijote se abrazaron y acordaron que la salida fuese a los tres d�as. Despu�s de esto el Ama y la Sobrina se quedaron asombradas y desesperadas al ver que el Bachiller estaba del lado de Don Quijote y no des suyo. Sancho consigui� calmar a su mujer y Don Quijote a su sobrina y al ama. A los tres d�as partieron hacia el Toboso, pero esta vez Sancho llevaba una bolsa de dinero que le hab�a dado Don Quijote para cubrir los gastos que se le presentaran.


CAP�TULO 8

Don Quijote antes de comenzar sus aventuras decide ir a ver a Dulcinea al Toboso para recibir su permiso y su bendici�n para emprender sus aventuras. Sancho le advierte que la ultima vez que vio a Dulcinea estaba recogiendo trigo pero Don Quijote atribuy� este comportamiento a los encantamientos. Sancho comienza a hacer conjeturas acerca de s� el escritor del libro le habr� tratado bien a pesar de sus defectos. Mientras tanto Don Quijote comienza a manifestar su deseo de alcanzar la fama y acaba explicando como los caballeros andantes son capaces de dominar los pecados capitales. Sancho le dice a Don Quijote que si lo que quiere es alcanzar la fama seria mejor dedicarse a la vida santa ya que ese hace m�s famoso un buen fraile que un gran caballero andante. Al anochecer llegaron al Toboso y Don Quijote decidi� entrar una vez fuese de noche por lo que estuvieron descasando un rato junto a unas encinas. Sancho estaba preocupado ya que nunca hab�a visto a Dulcinea y ten�a miedo de que su amo le mandase a buscarla.


CAP�TULO 9

Don Quijote y Sancho entraron a media noche al Toboso para buscar el palacio de Dulcinea, que no daban encontrado ya que no exist�a. Tras un tiempo buscando llegaron a la conclusi�n de que ninguno de los dos conoc�a a Dulcinea ya que Don Quijote se hab�a enamorado de ella por la buena fama que tenia y Sancho la hab�a visto tambi�n por los comentarios que de ella le hab�an hecho. Despu�s de un buen rato buscando Sancho decide convencer a Don Quijote para que este se quede esperando en un encinar hasta que Sancho encuentre a Dulcinea y le diga que su amado caballero le esta esperando en un encinar cercano.


CAP�TULO 10

Antes de marchar Sancho en la busca de Dulcinea le hab�a ordenado Don Quijote que se fijara en las reacciones f�sicas que mostrara Dulcinea al enterarse de que estaba all� su caballero. Antes de que Sancho comenzara su b�squeda se sent�, donde su amo no pudiese verle, para reflexionar acerca de la locura de su amo que aunque Sancho le llevase a otra persona que no fuese Dulcinea, Don Quijote jurar�a que su amada esta encantada. Al atardecer Sancho vio pasar cerca de �l a tres labradoras y fue corriendo junto a su amo para decirle que Dulcinea se acercaba con dos de sus sirvientas y de este modo se invento sus ropas para que su amo se pensase que su amada se acercaba. Cuando se estaban acercando las tres labradoras se puso en marcha el plan de Sancho ya que �l pensaba que cuando su amo viese a las tres labradoras, e hiciese caso a Sancho que dec�a que era Dulcinea con sus sirvientas, pensar�a que estaban encantadas. Las labradoras al o�r las alabanzas, que Don Quijote hacia de ellas, salieron corriendo escapando de Don Quijote y de Sancho. Despu�s de ver como las tres labradoras Sancho y Don Quijote comenzaron a increpar contra los encantadores que privaron a Don Quijote de ver la belleza de su amada, Dulcinea. Finalmente Don Quijote y Sancho prosiguieron su camino hacia Zaragoza donde se celebraban todos los años unas fiestas muy importantes.


CAP�TULO 11

Cuando Don Quijote y Sancho iban de camino a Zaragoza, conversando tranquilamente, se les apareci� una carreta con personajes aterradores como la muerte acompañada de mal�ficos personajes aterradores. Ante el aparente miedo de Don Quijote y Sancho estos personajes confesaron pertenecer a una compañ�a de teatro que acababa de representar “Las Cortes de la Muerte” en un pueblo cercano y todav�a no les hab�a dado tiempo a cambiarse de ropa. Cuando Don Quijote se encontraba ya m�s tranquilo y dispuesto a marcharse apareci� otro extraño personaje con un palo en la mano con el cual golpeo el suelo haciendo que Rocinante saliese corriendo tirando a Don Quijote al suelo, cuando Sancho estaba dispuesto a ayudarle este extraño personaje se monto encima de Rucio golpe�ndolo y haci�ndole salir corriendo. Cuando Rucio consigui� tirar a su agresor al suelo volvi� con Sancho. Cuando Don Quijote se levanto estaba dispuesto a pelearse con los actores pero Sancho le quit� la idea de la cabeza diciendo que ellos no eran caballeros con lo que Don Quijote no se pod�a pelear con ellos. Sancho le dijo esto a Don Quijote porque hab�a visto como los actores se estaban armando con piedras. Pero Don Quijote en su af�n de venganza le dice a Sancho que es su deber vengarse, pero Sancho reh�sa el ofrecimiento ya que dice que no es un ser vengativo. Finalmente Don Quijote le dice a Sancho que partir�n en busca de nuevas aventuras.


CAP�TULO 12
Despu�s de la pequeña aventura del cap�tulo anterior Sancho y Don Quijote se dispusieron a pasar la noche bajo unos �rboles no muy alejados del lugar. Durante la noche Don Quijote comenz� a comparar la comedia con la vida. Sancho le dijo que era una sabia comparaci�n pero que ya estaba demasiado vista. Despu�s de decir esto Sancho comenz� a confesarle a Don Quijote lo mucho que estaba prosperando cerca de �l ya que antes no ten�a ning�n tipo de conocimiento y ahora ya conoce bastante m�s acerca de la caballer�a, sus leyes y otros temas de cultura de aquella �poca. Al llegar a un prado Don Quijote aprovech� para descansar tumbado en bajo una encina, mientras Sancho dorm�a tambi�n al pie de un alcornoque. Algo mas tarde Don Quijote se despert� al o�r como un hombre, que s� hacia llamar “El Caballero del Bosque” que al igual que Don Quijote era caballero andante, bajaba de su caballo y comenzaba a explicar como su amada, Casildea de Vandalia, no le correspond�a para nada todo el amor que �l le ofrec�a. Al darse cuenta el caballero de que Don Quijote estaba cerca de �l se present� y comenzaron a hablar de sus amores. Los dos escuderos dejaron a sus respectivos caballeros hablando solos mientras ellos se iban a hablar de cosas de escuderos algo mas lejos de all�.



CAP�TULO 13

En este cap�tulo se nos narran las conversaciones que mantienen Sancho y el escudero del Caballero del Bosque. Ambos comienzan hablando de las recompensas que sus respectivos caballeros les hab�an ofrecido. El del Caballero del Bosque dice que su amo le hab�a ofrecido un canonicato, de lo que Sancho deduce que El Caballero del Bosque era un caballero a lo eclesi�stico. Despu�s comienzan a hablar de las respectivas familias de cada escudero, Sancho dice que tiene dos hijos y alaba especialmente a su hija a la cual convertir� en Condesa en cuanto Don Quijote le d� su recompensa. En ese momento tras un comentario no apropiado del colega de Sancho, Sancho le dice que sus formas de hablar no son apropiadas de gente que acompaña a caballeros andantes. Mas tarde comienzan a hablar de las enamoradas de sus amos y de las cualidades de sus amos. El del Caballero del Bosque dice que su amo es muy valiente pero algo bellaco. Sancho dice que Don Quijote no tiene absolutamente nada de bellaco ya que, en realidad, es incapaz de hacerle daño a nadie. Finalmente ambos escuderos comienzan a comer y a beber unos exquisitos manjares que llevaba el escudero del Caballero del Bosque. Despu�s de haber comido y bebido ambos escuderos se quedaron dormidos.


CAP�TULO 14

Mientras tanto El Caballero del Bosque y Don Quijote dialogaban acerca de sus aventuras y de sus amadas. El Caballero del Bosque afirm� que entre sus aventuras hab�a vencido a much�simos caballeros incluyendo entre ellos al gran Don Quijote de la Mancha. Don Quijote al o�r esto se hizo el tonto para que m�s tarde confesara su propia mentira. Al ver que este no lo confesaba y se emperraba en su mentira Don Quijote le reto a un duelo en el cual el caballero que saliese vencido obedecer�a al vencedor. Ambos caballeros fueron a avisar a sus escuderos para que prepararan todo para la batalla. Momentos antes de la batalla Sancho se subi� a un �rbol ya que tenia miedo del Caballero del Bosque debido a todo lo que le hab�a contado el escudero de este caballero. Finalmente, debido a que el caballo del Caballero del Bosque se qued� parado justo delante de rocinante durante la pelea, Don Quijote derrib� al Caballero del Bosque y sali� victorioso del Duelo. Despu�s de caer al suelo el Caballero del Bosque Sancho y Don Quijote se dieron cuenta de que era el Bachiller Sans�n Carrasco. A su vez Sancho se dio cuenta de que el escudero del Caballero del Bosque era su vecino Tom� Celial y entonces le pidi� a Don Quijote que no matara a Sans�n Carrasco. Al reanimarse Sans�n Carrasco Don Quijote le obligo a ir al Toboso a encomendarse a la dama de Don Quijote y a admitir que no hab�a vencido a Don Quijote sino a alguien que se parec�a mucho a �l. Despu�s de esto Don Quijote y Sancho prosiguieron su camino hacia Zaragoza.


CAP�TULO 15

Obviamente el bachiller hab�a acordado con el cura y el barbero el animar a Don Quijote a realizar su tercera salida y que de este modo cuando Sans�n se hiciese pasar por el Caballero del Bosque y venciera a Don Quijote le obligar�a a volver a la ciudad para cumplir el acuerdo como vencido que hab�a salido del duelo. Sans�n Carrasco manifiesta notablemente u deseo de salir y apalear a Don Quijote como venganza mientras que Tom� Celial, su supuesto escudero, decide irse a su casa y dejar de actuar como un simple loco.


CAP�TULO 16

Iba Don Quijote muy contento despu�s de su reciente victoria cuando encontr� a un hombre, que iba sobre una yegua tordilla. Don Quijote al verle le propuso que hiciesen el camino juntos. El hombre al o�r las aventuras que Don Quijote contaba se dio cuenta que no deb�a de estar muy bien de la sesera. El hombre dijo que se llamaba Don Diego de Miranda y que era un hombre rico que pasaba el tiempo entreteni�ndose con buenas obras. Cuando Don Quijote le pregunt� por la familia este dijo que no estaba muy contento ya que su hijo que acababa de regresar de estudiar leyes en la universidad de Salamanca no quer�a seguir estudiando leyes porque se encontraba absorto en la poes�a. Don Quijote al o�r esto le dijo que un padre nunca deb�a frustrar los deseos de un hijo y que la poes�a no tenia nada de malo. Entonces Don Quijote comenz� a alabar la poes�a de tal manera que el hombre se dio cuenta del buen juicio de Don Quijote. Al poco rato vieron como por el camino se acercaba un carro con muchas banderas reales, Don Quijote cuando lo vio se dio cuenta que estaba ante una nueva aventura.


CAP�TULO 17

Al ver Don Quijote ese extraño carruaje llam� a Sancho el cual hab�a puesto unos quesos, que acababa de comprar a unos pastores, en la celada de Don Quijote, cuando este se la puso y el queso se comenz� a derretir a Don Quijote se le comenz� a llenar la cara de queso derretido y pens� que se le estaban derritiendo los sesos o que estaba sudando de una manera impresionante, cuando se quit� la celada y se dio cuenta le ech� la culpa a los encantadores. Don Quijote le pregunt� al hombre que conduc�a el carro que cual era la mercanc�a que llevaba, este le dijo que eran dos leones que llevaba al rey como regalo del general Or�n. Adem�s de esto les pidi� que se apartaran que los leones estaban muy hambrientos. Don Quijote le ordeno al hombre del carro que abriese la jaula que se iba a enfrentar a los leones porque no le tenia ning�n miedo. El hombre del carro accedi� pero le pidi� tiempo para que �l y sus compañeros se apartaran. Cuando el leonero le abri� las puertas de la jaula al le�n este se dio la vuelta y al no ver nada interesante se volvi� a acostar en la jaula pasando completamente de Don Quijote. Don Quijote le pidi� al leonero que sacase a los leones pero tras la negativa le dijo al hombre del carro que contase en todas partes la hazaña de Don Quijote que a partir de esa hazaña pensaba llamarse el Caballero de los Leones. En ese momento Don Diego estaba pensando como era posible que Don Quijote estuviese loco en actos y comportamiento mientras que cuando habla parece la persona mas cuerda del mundo. En ese momento Don Quijote comenz� a hablar de las diferencias entre caballeros y el ejercito de la andante caballer�a.


CAP�TULO 18

Al medio d�a Don Quijote, Sancho y Don Diego llegaron a la casa de este ultimo donde se hospedaron durante unos d�as. Don Diego le dijo a su hijo, Lorenzo, que juzgara el mismo la locura de Don Quijote. Don Quijote comenz� a hablara con Don Lorenzo, habl� de los caballeros de tal manera que dej� con la boca abierta a todo aquel que le escuch�. Don Lorenzo lleg� a la conclusi�n de que Don Quijote estaba loco pero tenia muchos momentos de total cordura en sus comentarios. Al poco tiempo comenz� Don Quijote a hablar con Don Lorenzo de la poes�a y le pidi� a Don Lorenzo que le leyese algunas de sus poes�as, tras le�rselas Don Quijote opino que era un gran poeta. Al cabo de unos d�as Don Quijote decidi� marcharse ya que dijo que un caballero no pod�a pasar mucho tiempo sin aventuras. Al irse Sancho se sent�a muy triste ya que en casa de Don Diego viv�a en la abundancia todos los d�as.


CAP�TULO 19

Cuando prosegu�an su camino encontraron a dos estudiantes los cuales tras un tiempo hablando invitaron a Don Quijote a que asistiera a las bodas de Camacho con una labradora a la que llamaban Quiteria la Hermosa. Los estudiantes le dijeron que iban a ser unas bodas muy abundantes y que todos esperaban la reacci�n de Basilio un joven que estaba enamorado de Quiteria y que adem�s ella le correspond�a el amor solo que el padre de ella no les permit�a casarse debido a los pocos bienes materiales de Basilio. Por el camino ambos estudiantes comenzaron una pelea acerca del arte o la fuerza en los combates con espada, esgrima. Tras un largo enfrentamiento se dio a demostrar que predominaba el arte sobre la fuerza. Cuando llegaron al lugar donde se iban a celebrar las bodas, oyeron numerosos instrumentos con lo que Don Quijote se neg� a entrar y pasaron la noche al aire libre como era costumbre en los caballeros, decisi�n que no se tom� excesivamente bien Sancho.


CAP�TULO 20

Al amanecer viendo Don Quijote como su escudero dorm�a comenz� a hablar acerca del sueño de su criado. Mas tarde Sancho se despert� al oler los manjares que se estaban preparando para la boda de Camacho. Sancho al ver estos platos se acerc� a un cocinero y le pidi� cort�smente si le pod�a dar un poco, el cocinero le dijo que comiera todo lo que quisiera que tenia su total permiso para comer. Mientras Sancho com�a Don Quijote se entreten�a con las danzas y bailes que como la noche anterior animaban el lugar. Hasta que comenzaron las bodas Don Quijote y Sancho siguieron dialogando sobre la muerte.


CAP�TULO 21
Una vez llegaron los novios Don Quijote afirm� que nunca hab�a visto una mujer tan guapa como Quiteria, sin contar claro esta a Dulcinea. Al poco rato apareci� Basilio diciendo que si Quiteria no se pod�a casar con �l debido a que le hab�a dado su palabra a Camacho que se matar�a y sacando de un bast�n una espada se la clav�. Cuando el Cura se acerc� a �l para darle las bendiciones este dijo que no quer�a bendiciones sino que quer�a que Quiteria se casase con �l in art�culo mortis. El cura, Quiteria y Camacho aceptaron pero en cuanto estaban casados Basilio se levanto diciendo que o estaba herido sino que era un truco. Cuando los personajes presentes se dieron cuenta quisieron anular la boda pero Quiteria dijo que no, que la boda era v�lida. Despu�s de esto Quiteria, Basilio, sus amigos, Sancho y Don Quijote se retiraron hacia la aldea como si nada hubiera pasado.


CAP�TULO 22

Don Quijote fue fuertemente elogiado debido a que defendi� contundentemente a los nuevos esposos en los momentos cr�ticos de la boda de estos. Don Quijote se qued� durante tres d�as en la casa de Basilio. En el tiempo que estuvo en la casa de Basilio le recomend� que se enriqueciera mediante negocios limpios. Adem�s de esto estuvo hablando con �l acerca de la pobreza, la honradez y la belleza de las mujeres. Cuando Don Quijote estaba dispuesto a irse le pidi� a uno de los estudiantes que le acompañaron hacia las bodas que le consiguiera un gu�a para ir a la cueva de Montesinos. Finalmente le acompaño un primo del estudiante que adem�s le�a libros de caballer�a. El estudiante dio a entender que era un humanista que se preocupaba por saber cosa in�tiles y que estaba preparando tres libros los cuales produjeron algunas bromas por parte de Sancho. Pasaron la noche en una aldea donde Don Quijote compr� cien brazas de cuerda para por descolgarse a la cueva de Montesinos. A las dos de la tarde llegaron a la cueva de Montesinos, el estudiante y Sancho ataron fuertemente a Don Quijote para que no se soltara y comenzaron a bajarle. Cuando Don Quijote descendi� a la entrada de la cueva entr�, tras haber cortado las malezas que se encontraban en la entrada. Cuando el estudiante y Sancho se quedaron sin cuerda esperaron un rato y comenzaron a subir a Don Quijote. Hasta las ochenta brazas de cuerda no comenzaron a notar peso en la cuerda y cuando a las diez brazas vieron a Don Quijote se tranquilizaron solo que Don Quijote se encontraba dormido. Tras despertarse comenz� a contar unas historias, que seg�n �l le hab�an sucedido, que Sancho nunca lleg� a cre�rselas.


CAP�TULO 23

En este cap�tulo Don Quijote relata su encuentro con Montesinos. Don Quijote cont� que en la cueva hab�a visto al primo y amigo de Montesinos, Durandarte, el cual yac�a en carne y hueso en un sepulcro de m�rmol debido a un encantamiento del mago Merl�n. Dijo que tambi�n estaban all� encantados Belerma, dama de Durandarte; su escudero, Guadiana convertido en r�o y otros muchos amigos y parientes de Durandarte convertidos en lagunas. Sancho no se pod�a creer lo que contaba pero no pudo aguantar su risa cuando Don Quijote dijo que hab�a visto a dulcinea y a las dos damas que la acompañaban y que estas le hab�an pedido seis reales a cambio de un pañuelo de algod�n. Don Quijote le dijo a Sancho que no se pod�a creer lo que este dec�a debido a que no tenia experiencia en el mundo pero que alg�n d�a le demostrar�a que todo aquello era cierto.

CAP�TULO 24

Cuando se marchaban de la cueva de Montesinos se encontraron a un hombre que iba cargado de lanzas, el cual les dijo que si le interesaba a Don Quijote su destino que se lo contar�a en una venta que hab�a mas adelante. De camino a la venta Don Quijote comenz� a hablar acerca de los caballeros viejos los cuales al final son tratados de mala manera y como no sirviesen para nada. Al anochecer llegaron a la venta, y esta vez aunque parezca mentira Don Quijote admiti� estar en una venta y no en un castillo.


CAP�TULO 25

Una vez llegaron a la venta Don Quijote no paro hasta encontrar al hombre que hab�an visto antes, ya que estaba impaciente por que le contara la historia de por que llevaba esas armas. Una vez lo encontr� le comenz� a contar la siguiente historia: Un d�a en el pueblo en el que �l viv�a se le perdi� un asno y junto con un amigo salieron a buscarlo al monte, donde dec�an que le hab�an visto por ultima vez. En el monte para llamar la atenci�n del asno ambos hombres comenzaron a rebuznar por separado, momentos mas tarde encontraron al asno devorado por los lobos pero se quedaron con la an�cdota de que rebuznaban tan bien que en varias ocasiones confundieron sus propios rebuznos con los del asno. A partir de ese d�a esa an�cdota se conoci� en los pueblos de la zona de tal manera que cuando alguien ve�a a un habitante de ese pueblo le rebuznaba en señal de burla. Entonces por eso el hombre aquel llevaba armas tan urgentemente a su pueblo ya que las necesitaban para enfrentarse con todos los pueblos que burlaban a sus compañeros de aldea. En ese momento entr� en la venta un hombre que s� hacia llamar Maese Pedro que explic� que era un titiritero que representaba en su pequeño escenario diversas historias y que adem�s en su repertorio ten�a un mono que le adivinaba todo lo pasado y presente. Maese Pedro adivino que era Don Quijote y explico a todos lo que estaba haciendo en ese momento la mujer de Sancho y explico tambi�n que lo que hab�a visto Don Quijote en la cueva de Montesinos hab�a sido cierto a medias. Tras estas explicaciones quiso hacer una funci�n en honor a Don Quijote.


CAP�TULO 26

Maese Pedro represent� una historia en la cual Don Gaiferos liberaba a su esposa, Melisendra. La cual estaba cautiva de los moros en Sansueña. Durante la actuaci�n de Maese Pedro Don Quijote estuvo interviniendo constantemente para explicar lo que en la obra estaba sucediendo como si de pura realidad se tratara. Don Quijote en otro arrebato de locura desenvain� la espada destruyendo todos los muñecos de Maese Pedro ya que eran unos moros que persegu�an a los “buenos” de la obra y Don Quijote como buen caballero quer�a ayudarlos a escapar. Don Quijote viendo lo que hab�a hecho achac� su error a los encantadores que le hab�an embaucado. A la mañana siguiente Maese Pedro se march� muy pronto ya que no quer�a encontrarse con Don Quijote por s� le hacia otra de las suyas.


CAP�TULO 27

En realidad Maese Pedro era Gin�s de Pasamonte uno de los galeotes a los que Don Quijote hab�a liberado en anteriores aventuras. Gin�s se hab�a hecho titiritero y se ganaba la vida yendo por los pueblos, pero antes de entrar en cada pueblo se enteraba de cosas recientes que hab�an pasado y as� fing�a que el mono era adivino. Antes de entrar en la venta hab�a reconocido a Don Quijote y as� se pudo ganar la confianza de los que se encontraban en la venta. Cuando Don Quijote se march� de la venta se encontr� al escuadr�n del rebuzno que iba armado en busca de sus burladores. Don Quijote para evitar una tonta batalla les dijo a los del rebuzno que en este mundo solo hab�a cuatro razones por las cuales hab�a que coger las armas para pelear y se las nombr� como estas: en defensa de la fe cat�lica; en defensa de su propia vida; en defensa de la honra, la familia y la hacienda; o en servicio de su rey. Ya estaban totalmente convencidos de dejar las armas cuando Sancho dijo que tampoco se deb�an enfadar tato por un rebuzno ya que �l cuando era pequeño rebuznaba tan bien que todos los asnos de su pueblo le respond�an. Y entonces Sancho emiti� un fuerte rebuzno y uno de los del pueblo pesando que se estaba burlando del le tiro del asno y comenzaron a apedrear a Sancho y a Don Quijote, que hab�a salido en su ayuda. Despu�s de ser apedreados Sancho y Don Quijote salieron corriendo de cerca de los del pueblo del rebuzno.



CAP�TULO 28

Cuando Don Quijote y Sancho se dieron cuenta de que no les segu�an se pararon y Don Quijote le reproch� a Sancho el que se hubiera puesto a rebuznar ya que estaba claro que con eso iba a conseguir que se enfadaran. Sancho le reprocho a su vez a Don Quijote el que se hubiera ido ya que nunca hab�a visto a un caballero que dejara a su escudero atr�s viendo como le apaleaban. Don Quijote respondi� que en la historia otros muchos caballeros hab�an esperado otro momento para atacar mientras su escudero luchaba contra una multitud. Continuaron su camino para mas tarde parar en una alameda a pasar la noche. Por el camino Sancho le dijo a Don Quijote que har�a mejor y�ndose a su casa ya que adem�s de no ganar nada las deudas de Don Quijote hacia �l mismo comenzaban a no pagarse nunca. Don Quijote al o�r esto comenz� a insultar a Sancho dici�ndole que era un asno y que nunca podr�a hacer nada para remediarlo, seg�n Don Quijote lo �nico que tendr�a que hacer Sancho seria admitir lo bestia que era. Sancho al o�r esto se echo a llorar admitiendo que era un asno sin remedio. Entraron en la alameda y pasaron all� la noche. Al d�a siguiente prosiguieron su camino hacia Zaragoza.


CAP�TULO 29

A los dos d�a llegaron Don Quijote a la orilla del r�o Ebro donde Don Quijote vio un barco sin remos ni velas amarrados a la orilla. Don Quijote se pens� que era una nueva aventura en donde deb�a montarse en el barco e ir a rescatar a un caballero. A pesar de que Sancho le avis� que el barco era de unos pescadores Don Quijote no le hizo caso y se montaron ambos en la barca. Una corriente les llev� hacia unas grandes aceñas que hab�a en la mitad del r�o. Los molineros que vieron como Don Quijote y Sancho se iban sobre las ruedas de las aceñas les tiraron de la barca con unos palos yendo luego los molineros detr�s de Don Quijote y Sancho para evitar que se ahogaran. Despu�s de esto los molineros le pidieron a Don Quijote que les pagara los daños, Don Quijote les dijo que lo aria con la condici�n de que liberaran al caballero que ten�an prisionero. Los molineros al no entenderle le pidieron el dinero a Sancho el cual se lo dio sin ning�n problema. Don Quijote y Sancho viendo que esa aventura estaba reservada para otros caballeros se marcharon del lugar volviendo a su camino hacia Zaragoza.


CAP�TULO 30

Despu�s de lo hecho se marcharon del r�o pensando cada cual en sus cosas, Don Quijote claro esta pensando en Dulcinea. Al d�a siguiente de esta aventura, cuando Don Quijote y Sancho prosegu�an su camino encontraron a una Duquesa y a un Duque a los cuales Don Quijote presento su deseo e intenci�n de servir en cuanto hiciese falta. La Duquesa y el Duque hab�an reconocido a Don Quijote ya que hab�an le�do con anterioridad la primera parte del Quijote. Don Quijote y Sancho acompañaron a los Duques hacia su castillo ya que ambos Duques eran lectores de libros de caballer�a y quer�an pasar unos d�as con Don Quijote.


CAP�TULO 31

Antes de que Don Quijote llegara a la venta los Duques se hab�an adelantado para explicar a los criados como deb�an tratar a Don Quijote. En cuanto lleg� Don Quijote a la casa de los Duques se dio cuenta de que realmente era un caballero famoso ya que todos en la venta le trataban de una manera totalmente caballeresca, aunque Don Quijote no se dio cuenta de que en realidad le estaban tomando el pelo. Despu�s de que las doncellas le hubiesen quitado a Don Quijote las armaduras se dispusieron todos a cenar. En ese momento se produjo una discusi�n cortes, entre el Duque y Don Quijote, acerca de quien deb�a presidir la mesa. Finalmente fue Don Quijote quien presidi� la mesa. En ese momento Sancho cont� una historia mediante la cual avergonz� a Don Quijote por ser �l quien se encontraba presidiendo la mesa. Para evitar el apuro de Don Quijote la Duquesa se vio obligada a preguntarle a Don Quijote acerca de Dulcinea. En ese momento el Cura que acompañaba a los Duques, Don Quijote y Sancho se dio cuenta de quien era el que estaba sentado en la mesa junto a ellos comenz� a insultar a Don Quijote diciendo que era un loco y que tenia la cabeza llena de tonter�as y de chorradas y le dijo que seria mejor se fuese a su casa y que dejase de hacer el rid�culo.


CAP�TULO 32

Don Quijote al ver que quien le insultaba era un cl�rigo �nicamente le contradijo dando un discurso en defensa de la caballer�a andante tan bueno que consigui� que Sancho se emocionara y diera muestras de disfrutar escuchando a Don Quijote. Despu�s de ese discurso el Cura le pregunt� a Sancho si realmente �l era Sancho Panza y Sancho para probarlo contesto con una retah�la de refranes propia de su personalidad. En ese momento el Duque le dijo a Sancho que �l le conceder�a el gobierno de la �nsula que le hab�a prometido Don Quijote, Sancho al o�r esto se volvi� loco de la alegr�a. El cura a su vez critic� el que los Duques, que se suponen que estaban cuerdos permit�an que Sancho y Don Quijote siguiesen locos y no hac�an nada por impedirlo, el Cura añadi� adem�s que �l se quedar�a all� hasta que Don Quijote y Sancho se fueran. Despu�s de cenar aparecieron unas doncellas que comenzaron a lavarle la cara a Don Quijote el cual pens� que era la costumbre del lugar. Al poco tiempo las doncellas que le lavaban la cara fingieron que se quedaban sin agua culminando as� la primera broma que le gastaron a Don Quijote. Los Duques al ver esto se rieron de gran manera pero para que el caballero no se diese cuenta de la broma se lavaron tambi�n ellos la cara. Despu�s de esto se retiraron Don Quijote y la Duquesa la cual le pregunt� a Don Quijote acerca de s� Dulcinea exist�a realmente o si era causa de su imaginaci�n. Don Quijote le dijo que si Dulcinea exist�a o no era algo que no merec�a hablarse pero que dentro de �l mismo estaba y con eso val�a, explico tambi�n que si Sancho hab�a visto a Dulcinea mal vestida era por causa de los encantadores que al no poder perjudicar a Don Quijote lo intentaban con Dulcinea.


CAP�TULO 33

Mientras Don Quijote se acostaba la Duquesa y sus doncellas se quedaron hablando con Sancho el cual les cont� que nunca hab�a visto a Dulcinea y que le minti� a su amo dici�ndole que aquellas tres campesinas estaban encantadas y que una de ellas era Dulcinea. La Duquesa en ese momento decidi� engañar tambi�n a Sancho y le dijo que no era mentira lo que le dijo a Don Quijote sino que hab�a sido toda verdad y que no se lo hab�a inventado �l. Sancho se crey� todo lo que la Duquesa le dec�a ya que no se pod�a ni imaginar que alguien como la Duquesa pod�a querer burlarse de �l. Despu�s de hablar con Sancho la Duquesa acord� junto con el Duque que le iban a gastar a Sancho y a Don Quijote la broma m�s grande que jam�s se haya gastado.


CAP�TULO 34

Despu�s de uno d�as se llevaron los Duques a Don Quijote de monter�a, despu�s de unas horas, cuando era de noche, montaron las tiendas entorno a un fuego para pasar la noche. Al cabo de un rato se dieron cuenta de que una procesi�n de carros se acercaba, seg�n un personaje que iba en una de las primeras carretas era el diablo que venia en nombre de Motesinos y que le iba a revelar la manera de desencantar a Dulcinea.


CAP�TULO 35

En el �ltimo carro apareci� una extraña ninfa, con la cara desgarrada, que dec�a ser Merl�n el encantador, el cual se conmovi� al ver a Dulcinea convertida en r�stica aldeana y decidi� que la �nica y exclusiva manera de que Dulcinea volviese a tener la misma belleza que antes, Sancho se deb�a dar tres mil trescientos azotes en las posaderas. Sancho al o�r esto le dijo a Don Quijote que no pensaba d�rselos ya que �l no tenia ni la mas m�nima intenci�n de que Dulcinea volviese a su estado natural, adem�s dijo que si era Don Quijote el que tenia tanta intenci�n en volver a ver a Dulcinea bien que se diera el los trescientos azotes y que no se lo pidiera a Sancho ya que �l no tenia culpa ninguna. En ese momento intervino el Duque el cual dijo que sino acced�a a darse los azotes no le dar�a el gobierno de la �nsula ya que demostrar�a ser un gobernador muy dura. Sancho al o�r esto accedi� con la condici�n de que el deb�a decidir cuando se dar�a los azotes y que no deber�an hacerle sangre y adem�s dijo que no deber�a haber nadie que se los contara y que se tendr�an que fiar de lo que �l dijera.


CAP�TULO 36
Al d�a siguiente Sancho le comenz� a explicar a la Duquesa que ya se hab�a dado unas cuantas palmadas en la espalda ya que no cre�a que mereciese la pena el azotarse para que otros obtuvieran la recompensa. La Duquesa al o�r esto le dijo a Sancho que deb�a de buscar otro m�todo para azotarse ya que el darse palmadas en la espalda no servia absolutamente de nada. Sancho le enseño a la Duquesa una carta que tenia pensado mandar a su mujer en la cual le contaba que estaba a punto de irse a gobernar la �nsula que el Duque le hab�a prometido y que la Duquesa no hacia mas que besarle la mano con lo que ella tambi�n deber�a hacerlo. Tambi�n le dijo a su mujer que estaba deseando ir a gobernar la �nsula para ver si as� consegu�a algo de dinero. Al o�r esto la Duquesa contest� que se mostraba un poco codicioso y que un buen gobernador no se tenia que mostrar codicioso. Despu�s de esto se fueron al jard�n a comer y mientras com�an vieron como se acercaba un obre que s� hacia llamar Trifaldin, escudero de la condesa Trifaldi, el cual en realidad era el mayordomo del Duque que se hab�a hecho pasar por Merl�n un par de cap�tulos mas atr�s. Este personaje dec�a que la Condesa Trifaldi estaba esperando fuera y quer�a hablar con Don Quijote porque le necesitaba por temas caballerescos. Don Quijote y el Duque accedieron a que entrara y esperaron a que llegara.


CAP�TULO 37

Mientras todos estaban esperando a que la condesa Trifaldi hiciese aparici�n se produjo una conversaci�n entre Sancho, la dueña doña Rodr�guez y la Duquesa en la cual cada uno dio su opini�n acerca de si este tipo de mujeres tienen alguna funci�n en este mundo o si simplemente sirven para adornar y para tener ocupado un puesto en la sociedad que luego no sirve de nada y lo �nico que hace es gastar dinero publico con su mantenimiento.


CAP�TULO 38

Cuando la Trifaldi apareci�, precedida de doce doncellas, pregunto si se encontraban all� Don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza. Cuando Don Quijote y Sancho se presentaron ate ella comenz� a contarles su historia, con una voz ronca y poco femenina. Ella hab�a ayudado a una princesa, Antonomasia hija y heredera del rey Archipiela y de la reina Maguncia de Candaya, a conseguir el amor de un caballero llamado Don Clavijo. Debido a su intenci�n Antonomasia se hab�a entregado a Don Clavijo y ten�an intenci�n de casarse.


CAP�TULO 39

Cuando la madre de Antonomasia se entero de que su hija se hab�a casado con un hombre de linaje mas bajo que ella, se enojo tanto que a los tres d�a muri�. Un d�a despu�s de su muerte apareci� el gigante Malambruno, primo hermano de la madre de Antonomasia, en un caballo de madera y para vengarse de la muerte de su prima convirti� a Antonomasia y a Don Clavijo en estatuas de diversos metales. Y para culminar la venganza hizo crecer barbas a todas las doncellas del palacio para vengarse as� de la intercesi�n de la Trifaldi. Una vez dijo eso y para que los all� presentes se lo creyeran se descubrieron la cara y mostraron como ten�an todas unas barbas bastante considerables.
CAP�TULO 40


Despu�s de haberle contado la historia a Don Quijote le acabo pidiendo que por favor fuese a luchar con Malambruno ya que este hab�a dicho que solo deshar�a el encantamiento en caso de que Don Quijote de la Mancha fuese a luchar contra �l. Cuando Don Quijote acepto la Trifaldi le dijo que Malambruno hab�a dicho que mandar�a un caballo de madera, llamado Clavileño, el cual llevar�a a Sancho y a Don Quijote a donde se encontraba �l, que estaba a 3220 leguas por el aire y en l�nea recta sobre Clavileño.


CAP�TULO 41

Por la noche llevaron a Don Quijote y a Sancho hacia el caballo y le dijeron que deber�an taparse los ojos porque la altitud que iban a alcanzar era muy grande y le pod�an marear. Don Quijote y Sancho accedieron, y al momento les dijeron que para activar el caballo hab�a que mover una clavija que se encontraba en el cuello del caballo. Y para bajarse del caballo cuando llegasen tendr�an que esperar a que este relinchara. Cuando Don Quijote apret� la clavija todos los all� presentes se desped�an como si realmente se estuvieran moviendo, incluso imitaban el calor de la altitud y el movimiento del viento. Al cabo de un rato los all� presentes encendieron la cola de Clavileño el cual al estar lleno de cohetes sali� disparado por el aire tirando a Don Quijote y a Sancho al suelo. Cuando se levantaron vieron que no se hab�an movido de lugar y que a su alrededor estaban los mismos personajes que antes y observaron tambi�n que junto a ellos hab�a una lanza con un mensaje el cual dec�a que Don Quijote hab�a vencido con solo intentarlo y que Malambruno se contentaba con eso y hab�a desencantado a la Trifaldi y a sus doncellas. Tambi�n dec�a que igualmente se desencantar�a Dulcinea en cuanto Sancho cumpliera lo prometido. Cuando el Duque ley� la carta felicito efusivamente a Don Quijote por su hazaña. Sancho le dijo a la Duquesa que durante su viaje en Clavileño se hab�a quitado el pañuelo y hab�a visto como el mudo y las personas eran muy pequeñas desde esas alturas, la Duquesa al decirle que eso era imposible Sancho le respondi� que mediante el encantamiento nada era imposible. Sancho prosigui� contando que hab�a estado tan cerca del sol que hab�a podido comprobar que realmente era muy grande, tambi�n dijo que se hab�an detenido en la constelaci�n de las siete cabrillas ya que como Sancho hab�a sido cabrero se entretuvo un poco con ellas.


CAP�TULO 42

Cuando los Duques se dieron cuenta de que las bromas funcionaban y Don Quijote y Sancho no se daban cuenta de nada decidieron proseguir con ellas para re�rse m�s. Mas tarde el Duque le dijo a Sancho que se preparara por que al d�a siguiente ir�an a la �nsula en la que Sancho gobernar�a. Al o�r esto Don Quijote se apart� con Sancho un momento para aconsejarle acerca de c�mo tenia que comportarse como gobernador de una �nsula. Primero la aconsej� acerca del alma. Don Quijote le dice que se haga amigo de Dios, que no se averg�ence de su linaje ya que si no se averg�enza �l nadie se avergonzara nunca de �l. Tambi�n le dijo que en caso de que fuesen sus parientes a visitarlos que no los desprecie y en caso de que enviudase que supiera elegir bien a la mujer ya que en ocasiones son estas las que ayudar a gobernar. Tambi�n le dijo que juzgase igual a un rico que a un pobre pero que atendiese mas a las lagrimas de un pobre ya que son los que no tienen nada en este mundo.


CAP�TULO 43

En este cap�tulo Don Quijote le comienza a dar consejos a Sancho acerca del cuerpo. Don Quijote le dice a Sancho que se debe de mantener limpio y aseado, que no debe4 de comer nada que le haga oler mal, que no debe comer demasiado ni muy deprisa por que sin no puede dar una mala impresi�n y tambi�n le dice que no diga tantos refranes como sol�a decir siempre ya que le har�an quedar muy mal. Don Quijote al final le dice que debe de gobernar bien ya que las responsabilidades que acarrearan su mal gobierno caer�an tambi�n sobre �l y no quiere sentirse culpable de ning�n mal mandato. Sancho al o�r esto le dice a Don Quijote que si �l lo desea dejara el cargo de gobernador ya que no quiere que su amo sufra consecuencia alguna de lo que �l pueda hacer mal. Don Quijote al o�r que Sancho est� dispuesto a dejar de ser gobernador de una �nsula para que �l no que de mal en ning�n momento le dice Sancho que merecer�a mil �nsulas ya que sus razonamientos son sabios y correctos.


CAP�TULO 44

Al partir Sancho hacia su �nsula se despidi� de todos y se mont� en el Rucio y comenz� su camino. Con �l estaba el mayordomo, que hab�a fingido ser la Trifaldi, al verlo Sancho se lo coment� a Don Quijote el cual al comprobar que lo que Sancho dec�a era cierto se qued� rustrado y acabo diciendo que eso no pod�a ser as� ya que seria una gran contradicci�n. A la marcha de Sancho se qued� Don Quijote solo y al notarlo la Duquesa le ofreci� un par de doncellas para que le sirvieran. Don Quijote las rechaz� diciendo que �l era un caballero andante y no necesitaba doncellas de ning�n tipo. Cuando Don Quijote estaba apunto de marcharse a la cama abri� la ventana y vio como una doncella, Altisidora, cantaba un romance burlesco en el cual declaraba su amor a Don Quijote. Don Quijote al o�r esto le dijo a Altisidora que �l ya tenia una dama y que por nada le seria infiel. Y mediante varias comparaciones reafirm� su amor hacia Dulcinea del Toboso, su dama.


CAP�TULO 45

Cuando Sancho lleg� a su �nsula, Barataria, le recibieron con mucho afecto y cariño. Al verle le llevaron a la iglesia y all� le dieron las llaves de la ciudad y le admitieron como gobernador perpetuo. Al momento le llevaron al juzgado donde comenz� a ejercer como gobernador en unos juicios que le presentaron los habitantes de la �nsula. En el primer juicio le sucedi� lo siguiente: era un señor que le fue a pedir a un sastre que le hiciera una caperuza con un tipo de tela que �l le llevaba, pero como era tan desconfiado y tem�a que el sastre se quedara con un trozo de tela le dijo que le hiciera las m�ximas posibles, al final el sastre le dijo que le pod�a hacer cinco caperuzas. El problema estaba en que el sastre hab�a hecho unas caperuzas diminutas haciendo caso a que el hombre quer�a cinco. Entonces el sastre le exig�a al hombre el dinero que se hab�a ganado haciendo esas caperuzas, mientras que el hombre le exig�a al sastre el trozo de tela que le hab�a dado. Sancho al ver esto decidi� que ninguno de los dos tuviera lo que ped�a ya que ambos hab�an sido muy desconfiados con el otro. La segunda historia contaba lo siguiente: un hombre hab�a recibido prestados diez ducados y no se los quer�a devolver a su dueño original porque dec�a que ya se los hab�a devuelto. El primer hombre le dio al segundo una caña que tenia en la mano y juro ante todos que ya se los hab�a devuelto y entonces se fue recuperando su caña antes. Sancho al darse cuenta de esto le mando que le diese la caña al hombre que le hab�a dejado los diez escudos y le dijo que con la caña ya estaba pagado. La sorpresa vino cuando el hombre rompi� la caña y vio que dentro de ella estaban los diez escudos. En el tercer caso se contaba lo siguiente: una mujer lleg� ante
Sancho diciendo que un hombre la hab�a forzado en mitad de un camino y no la quer�a indemnizar. El hombre dec�a que la mujer se le hab�a ofrecido y que ya le hab�a pagado lo justo por esos trabajos. Sancho le dijo al hombre que le diese una bolsa que tenia llena de dinero, y cuando se fue la mujer le mando salir detr�s de ella para recuperar la bolsa. Al cabo de un rato regresaron el hombre y la mujer solo que ambos unidos a la bolsa ya que la mujer no la quer�a soltar por nada del mundo. Sancho al ver esto le dijo a la mujer que se hubiera puesto tanto empeño en defenderse como lo esta poniendo ahora en agarrar la bolsa nadie la habr�a forzado en el campo. Les mando ir y le devolvi� la bolsa de dinero al hombre.


CAP�TULO 46

Un d�a al salir Don Quijote se encontr� a Altisidora y a una amiga, al ver a Don Quijote Altisidora fingi� que se desmayaba para que Don Quijote se fijase en ella. Don Quijote al verla le dijo a su amiga que esa noche se quedar�a �l mismo haciendo la compañ�a para que se desengañara. Por la noche comenz� a cantarle un romance a Altisidora en el cual le dec�a que el solo estaba enamorado de una mujer y que sus sentimientos no se cambiar�an por nada ni por nadie. En el jard�n estaban las Duques y otras gentes del castillo. Desde un corredor cercano a la reja de Don Quijote descolgaron un saco lleno de gatos los cuales al meterse en la habitaci�n de Don Quijote comenzaron a montar un esc�ndalo tan grande que parec�a que en la habitaci�n se estaba librando la mayor batalla jam�s vista. Don Quijote se pens� que la habitaci�n estaba llena de encantadores y, puesto que estaba a oscuras, comenz� a dar espadazas contra los gatos. Entonces uno de los gatos se le subi� a la cabeza y le araño y mordi� la cara.


CAP�TULO 47

En la �nsula de Sancho era la ora de comer y sus sirvientes le llevaron a un gran palacio donde le iban sirviendo grandes platos de comida. Con el pequeño inconveniente de que cada vez que tenia un plato de comida delante un medico que estaba junto a �l mandaba que se lo quitaran con lo cual es f�cilmente imaginable el hambre que estaba pasando el pobre Sancho. Cuando Sancho estaba apunto de comer algo decente lleg� una carta del Duque diciendo que exist�a una conspiraci�n contra �l y seria recomendable que no comiera nada de lo que le ofrec�an. Entonces Sancho s� tubo que contentar con un racimo de uvas y un poco de pan. Mientras Sancho com�a la poca comida que le permit�an comer apareci� un labrador que le comenz� a contar su vida. Sancho despu�s de escucharle le pregunto que era lo que quer�a. Entonces el labrador le pidi� a Sancho que le diese 300 o 600 ducados para poder celebrar la boda de su hijo y una carta para que su futuro consuegro accediese a la boda con su hijo. Sancho se enfado tanto al o�r esto que el medico que estaba all� le prometi� darle de comer para evitar enfados similares.


CAP�TULO 48

En una de las noches en que Don Quijote dorm�a apaciblemente escucho como alguien entraba silenciosamente en su habitaci�n. Pensando que era Altisidora que quer�a perturbar su honestidad se puso de pie encima de la cama. Al entrar la dueña Rodr�guez vio a Don Quijote de esa manera y ambos se asustaron enormemente. Despu�s de ese susto la dueña comenz� a decirle a Don Quijote que le necesitaba por temas caballerescos. La señora comenz� a contarle a Don Quijote su historia, en la cual dec�a que ella tenia una hija que hab�a sido seducida por el hijo de un siervo del Duque, el cual le hab�a pedido matrimonio a la pobre niña. Tambi�n le dijo a Don Quijote que ya le hab�a pedido con anterioridad al Duque que la ayudara pero este no le hacia caso a la dueña por que este labrador sol�a prestarse dinero y arreglarle algunos chanchullos. En un momento de su conversaci�n la dueña comenz� a meterse con Altisidora y con la Duquesa. Despu�s de haber dicho esto la dueña se apagaron las luces de extraña manera y Don Quijote y la dueña comenzaron a recibir pellizcos a azotainas. Despu�s de esta peculiar batalla ambos acosadores se marcharon de la habitaci�n, la dueña sali� de la habitaci�n de Don Quijote llorando y Don Quijote se qued� sin saber que extraños encantadores le hab�an hecho eso.


CAP�TULO 49

De vuelta en la �nsula de Sancho este se empeño en hacer una ronda de noche para ver la clase de gente que se paseaba por su �nsula de noche y limpiarla a ser posible de mala gente. En esta ronda vio, primero, a un muchacho que le dijo que nadie conseguir�a hacer que �l durmiera una sola noche en la c�rcel, al preguntarle Sancho si era por que dudaba de su autoridad �l muchacho le dijo que no era cuesti�n de autoridad sino que �l se pasar�a toda la noche sin dormir. Despu�s de esto vio Sancho a una muchacha vestida de niño a la cual le pregunto porque iba vestida de esa manera. La muchacha le cont� a Sancho que se hab�a disfrazado de niño por que su padre no la dejaba salir desde que hab�a muerto su madre. Entonces entre su hermano y ella hab�an decidido cambiarse las ropas para que as� pudiera salir sin que su padre se diera cuenta. Despu�s de haber o�do esto Sancho decidi� llevar a la muchacha a casa. Despu�s de esta noche Sancho segu�a demostrando a todos los habitantes de la �nsula su gran sensatez y juicio.


CAP�TULO 50

Volviendo a la casa de los Duques se nos cuenta que los “encantadores” que hab�an dado una paliza a Don Quijote y a la dueña Rodr�guez eran en realidad la Duquesa y Altisidora que hab�an estado escuchando todo lo que la dueña dec�a de ellas y en señal de venganza decidieron apalear a Don Quijote y a la dueña. Prosiguiendo con las bromas de los Duques estos decidieron mandarle a Teresa Panza una carta en donde le contaban las hazañas de Sancho y le mandaban unos cuantos regalos. Cuando Teresa Panza ley� la carta se maravillo de todo lo que su marido estaba consiguiendo y sali� r�pidamente a cont�rselo a todo el mundo. Cuando el Cura y Sans�n se enteraron de que Sancho estaba de gobernador de una �nsula se quedaron asombrados y maravillados de lo que le estaba sucediendo a Sancho. Teresa Panza decidi� mandarle mediante el paje una carta para Sancho y otra para la Duquesa agradeci�ndole todo lo que estaba haciendo por Sancho.


CAP�TULO 51

Volviendo a la �nsula de Sancho este regres� a sus obligaciones como juez. Se le present� un caso en el cual se contaba lo siguiente. Esto era un terreno dividido por un r�o; el r�o era atravesado por un puente, al final del puente hab�a una orca y una casa en la cual se juzgaba a todo aquel que pasara de forma que aquel que mintiera al preguntarle a donde iba seria ahorcado. Por lo general todos dec�an la verdad pero un d�a se les apareci� un hombre que dijo que �nicamente venia a morir en la orca. Pero los jueces con supieron que hacer ya que si le ahorcaban el hombre habr�a dicho la verdad y no habr�a merecido morir, pero si le dejaban ir el hombre hab�a dicho mentira y merecer�a ser colgado en la orca. Sancho despu�s de pensar detenidamente record� algo que le hab�a dicho Don Quijote, lo cual dec�a que cuando la ley estuviese en duda deber�a decantarse del lado de la pobreza y humildad. Con lo cual Sancho les dijo que dejaran ir al hombre. A los pocos d�as Sancho recibi� una carta de Don Quijote en la cual Don Quijote le daba nuevos consejos para gobernar la �nsula. Sancho al poco tiempo le contesto coment�ndole el problema que tenia con el doctor y la comida.


CAP�TULO 52

En la casa de los Duques Don Quijote le comunic� al Duque que iba a ir a buscar al labrador que hab�a burlado a la hija de la dueña y que le iba a matar a menos que cumpliese su palabra. El Duque le dijo a Don Quijote que �l le dar�a el recado al labrador y le ordenar�a ir al castillo para que se celebrara all� el desaf�o. A los pocos d�as llegaron de vuelta las cartas de Teresa Panza a la Duquesa y a su marido. En la de la duquesa le contaba la alegr�a que en ella hab�a causado que Sancho fuese gobernador, tambi�n le dec�a las ganas que tenia de visitar la �nsula de Sancho y le ped�a que la siguiera escribiendo cont�ndole como transcurr�a el gobierno de Sancho. En la carta a Sancho, que abri� Don Quijote, contaba lo mismo y alguna intimidad mas, tambi�n contaba lo bien que estaba pasando el tiempo Sanchica.


CAP�TULO 53

En la �nsula de Sancho era de noche cuando le despertaron dici�ndole que se armara porque estaban invadiendo la �nsula. Sancho alarmado se dej� armar con dos grandes escudos, uno por delante y otro por detr�s, de entre los cuales sacaba la cabeza, las piernas y los brazos. Tambi�n le dieron una lana para que se defendiese y saliera a la batalla. Una vez en la batalla Sancho cay� al suelo al poco de salir y qued� tendido en el suelo sin poder moverse. Los que estaban fingiendo la batalla apagaron las antorchas para que Sancho no les reconocieran y comenzaron a pasar por encima de Sancho una y otra vez. Despu�s de esto los burladores levantaron a Sancho y comenzaron a felicitar por su gran batalla. Sancho al o�r esto se desmayo del cansancio y del susto y se qued� dormido. Al d�a siguiente Sancho prepar� al rucio y decidi� marcharse, todos los que all� estaban decidieron convencerle para que se quedara pero Sancho dijo que �l no hab�a nacido para ser gobernador y que se iba del gobierno tan pobre como hab�a llegado a �l.


CAP�TULO 54

Los Duques eran conscientes que el labrador se hab�a marchado de sus tierras para no tener que ser pariente de la dueña Rodr�guez. Entonces para que se pudiera celebrar el desaf�o mandaron a un criado que suplantara al labrador y le dieron instrucciones concretas. Mientras tanto Don Quijote se encontraba excesivamente contento ya que por fin podr�a demostrar a los Duques hasta donde llegaba su valor. Entre tanto Sancho volv�a a la casa de los Duques para incorporarse con Don Quijote a sus aventuras. En su camino encontr� a unos peregrinos entre los cuales estaba un amigo suyo que viv�a con anterioridad en el pueblo de donde era Sancho. El amigo de Sancho y �l estuvieron un rato hablando de la expulsi�n que hab�a hecho que el amigo de Sancho, el cual era morisco, se tuviera que ir de España. Este amigo de Sancho le cont� que estaba de vuelta en España porque hab�a regresado a buscar un tesoro que hab�a dejado escondido. Le dijo a Sancho que si le quer�a ayudar pero este se neg� y despu�s de esto se separaron y cada uno prosigui� su camino.


CAP�TULO 55

Mientras Sancho volv�a a casa de los Duques se le hizo de noche e intentando buscar un lugar para descansar se cay� en un hoyo muy profundo del que no pod�a salir sin ayuda. Se pas� la noche lament�ndose y a la mañana siguiente vio que en una pared del agujero hab�a un camino por el cual se meti�. Al fondo del camino pudo ver que hab�a claridad y que hab�a una salida, pero era tambi�n muy alta. Cuando Sancho se puso a dar voces para ver si alguien le o�a. Al poco tiempo se dio cuenta de que arriba del agujero se encontraba Don Quijote al que, para convencerle, le tubo que contar todo lo que le hab�a sucedido en la �nsula y �l por que de que estuviera ahora en el fondo de un agujero. Al cabo de un rato volvi� Don Quijote con muchas personas con cuerda para sacar a Sancho y al asno del agujero. Despu�s de salir dl agujero Sancho le cont� todo lo sucedido a los Duques y estos prometieron darle en un futuro el gobierno de una �nsula menos conflictiva y m�s tranquila.


CAP�TULO 56

Al cabo de unos cuantos d�as comenz� el combate entre Don Quijote y Tosilos, el que suplantaba al labrador. Tosilos deb�a derrotar a Don Quijote sin hacerle daño pero este al ver a la hija de la dueña se qued� enamorado de ella y decidi� darse por vencido. Cuando este se quit� la mascara todos se dieron cuenta que no era el labrador pero la hija de la dueña dijo que se quer�a casar con �l pues prefer�a a un lacayo que la amase y no a un labrador que la burlase. Don Quijote aclar� la situaci�n diciendo que en realidad era el labrador que hab�a sido encantado. El Duque viendo que su plan no funcionaba decidi� encerrar en un calabozo a Tosilos para ver si se desencantaba y si no todos viesen que era un impostor. Despu�s de tantas pequeñas aventuras en casa de los Duques Don Quijote y Sancho decidieron marcharse una mañana, despu�s de haber obtenido el permiso de los Duques, como todo buen caballero.
CAP�TULO 57

Finalmente como despedida a Don Quijote Altisidora le dedic� a Don Quijote un romance en el cual, burl�ndose de �l, le dec�a lo enamorada que estaba de �l y como se iba sin haberle dado a ella ni una sola pizca de cariño, amor o afecto. Finalmente Don Quijote y Sancho se despidieron de los Duques y de todos los all� presentes y se fueron en busca de mas aventuras a Zaragoza.


CAP�TULO 58

De camino a Zaragoza Don Quijote y Sancho volvieron a sus antiguas conversaciones y se contaron mutuamente lo que hab�an hecho los d�as que estuvieron separados. Al poco tiempo Don Quijote y Sancho encontraron su primera aventura, despu�s del par�n. Encontraron a unos labradores que estaban descansando en el campo. Junto a ellos hab�a algo tapado con sabanas. Don Quijote al verlo se interes� por lo que era y los labradores gustosamente le contaron a Don Quijote que eran im�genes de santos que llevaban a una iglesia que estaban haciendo. Don Quijote al enterarse de que todas esas im�genes eran de santos caballeros comenz� a contar la historia de cada uno de ellos. Despu�s de esto Sancho y Don Quijote prosiguieron con su camino, Don Quijote hab�a considerado esta pequeña aventura como una buena señal, mientras que Sancho la hab�a considerado como la aventura m�s simple que hasta el momento hab�an tenido. Despu�s de estos pequeños comentarios Don Quijote y Sancho comenzaron a hablar del amor y de Altisidora, Sancho dijo que no entend�a como Altisidora se pod�a haber enamorado de Don Quijote ya que �l o ve�a en Don Quijote suficientes argumentos como para enamorar a una dama. Don Quijote al o�r esto dijo que en ocasiones el �nico motivo para enamorar es no espantar y que �l no espantaba a nadie, y que adem�s tenia muy buenas virtudes morales. Siguiendo el camino hacia Zaragoza Don Quijote y Sancho se encontraron con una vacada la cual les arrollo y les tiro de sus monturas. Don Quijote y Sancho hab�an sido avisados con anterioridad por las personas que conduc�an la vacada pero estos no hab�an hecho caso de sus advertencias.


CAP�TULO 59

Prosiguiendo el camino Don Quijote y Sancho se pararon a comer un poco pero Don Quijote comenz� a decir que tenia pensado dejarse morir de hambre ya que estaba totalmente sumido en sus pensamientos. Tambi�n le pidi� a Sancho que se diese algunos azotes para poder as� desencantar a Dulcinea, pero Sancho dijo que no se los pensaba dar ya que azotarse uno mismo era algo excesivamente doloroso. Al llegar a una venta pr�xima descubrieron que unos caballeros estaban hablando de una segunda parte del Quijote que se hab�a publicado. Cuando Don Quijote ley� algo del libro se qued� asombrado de lo malo que era y de todas las mentiras que en �l se dec�an. Adem�s decidieron no ir a Zaragoza ya que seg�n hab�an dicho esos caballeros el libro hab�a estado en las justas de la ciudad. Don Quijote tambi�n dej� recado a los caballeros de que dijeran y publicaran la falsedad de ese libro, y dicho esto se marcharon. Al o�r todo lo que Don Quijote hab�a dicho estos caballeros se quedaron totalmente admirados y se dieron cuenta de que en verdad eran Don Quijote y Sancho.


CAP�TULO 60

Al cabo de unos cuantos d�as cuando Don Quijote y Sancho descansaban en un bosque, Don Quijote cogi� las correas de Rocinante y con intenci�n de azotar a Sancho, para contribuir as� con el desencantamiento de Dulcinea, se abalanz� sobre �l. Sancho al ver la reacci�n de Don Quijote le inmoviliz� hasta que este juro que Sancho se podr�a azotar cuando y como quisiera. Sancho se alejo, por precauci�n, de Don Quijote y encontr� a unos bandoleros ahorcados de unos �rboles. Esto demostr� que estaban cerca de Barcelona ya que all� castigaban con esa pena a los bandoleros capturados. Por la mañana Don Quijote y Sancho fueron rodeados de improvistos por unos bandoleros, cuyo jefe s� hacia llamar Roque Guinart. Hechas las presentaciones el bandolero se alegro de conocer a Don Quijote ya que hab�a o�do hablar mucho de �l y tenia ganas de conocerle. Al cabo de un rato se les acerco una muchacha que era hija de un amigo de Roque la cual le pidi� que la pasase a Francia y que en su ausencia defendiese a su padre. Tras ser preguntada por el motivo de esta huida la muchacha cont� la siguiente historia de celos. Vicente, hijo del principal enemigo de su padre y de Roque, le hab�a dado palabra de matrimonio a ella, pero esta tras o�r que �l ya se hab�a casado le mat�. Despu�s de su muerte se entero de que en realidad no estaba casado con lo que su muerte hab�a sido muy tonta y consecuencia de los celos de ella. Despu�s de esto los bandoleros trajeron ante Roque a varias personas a las cuales solo robo una parte de su dinero, pues no necesitaba m�s. Uno de sus hombres tras ver esto dijo que Roque deber�a ser m�s samaritano que bandolero. Roque al o�r esto mato a su hombre y dej� libre a Don Quijote y a Sancho para que prosiguieran su camino a Barcelona.


CAP�TULO 61

Al cabo de unos d�as llegaron Don Quijote y Sancho a un lugar desde el cual pudieron ver por primera vez el mar, el cual describieron como lo mejor que hab�an visto en su vida. Al cabo de un rato se les acercaron unos caballeros que invitaron a Don Quijote a su casa. Este hombre se llamaba Antonio Moreno y se describi� como amigo de Roque Guinart e invitaba a Don Quijote a pasar unos d�as en su casa de la ciudad.


CAP�TULO 62

En casa de Don Antonio Don Quijote y Sancho pasaron unos d�as. El primer d�a despu�s de comer Don Antonio les enseño un busto que seg�n �l respond�a a todo lo que se le preguntase pero que aquel d�a no pod�a hablar ya que los viernes no sol�a hablar. Despu�s de esto Don Quijote, Sancho y Don Antonio salieron a dar una vuelta y sin que Don Quijote se diese cuenta le pusieron en su espalda un cartel que pon�a: “este es Don Quijote de la Mancha”. Don Quijote al ver que todo el mundo le conoc�a se puso muy contento ya que se demostraba as� que era un hombre famoso por sus aventuras. Por la noche en una fiesta a la que asistieron dos muchachas sacaron a bailar a Don Quijote y este tras un rato bailando acab� diciendo que le dejaran en paz esas muchachas que para �l la �nica mujer era Dulcinea del Toboso. Sancho al ver a Don Quijote le acost� para que descansara despu�s de tan agitado baile. Al d�a siguiente d�a Don Quijote y sus amigos fueron a la sala del busto a hacerle preguntas. Lo que ellos no sab�an era que el busto hablaba porque conectado a �l hab�a un tubo por el que llegaba la voz del sobrino de Antonio que sabiendo quien hab�a junto al busto respond�a por conjeturas. Las preguntas que le hac�an eran f�ciles de responder ya que cuando Sancho le pregunt� si volver�a a gobernar el busto dijo que gobernar�a en su casa y que dejar�a de ser escudero cuando abandonase a su amo. A los pocos d�as Don Antonio tubo que dejar la broma ya que sino la inquisici�n le castigar�a. A los pocos d�as Don Quijote visit� una imprenta y vio como en ella estaban corrigiendo el libro de Avellaneda al que volvi� a criticar diciendo que era totalmente falso.


CAP�TULO 63

Al d�a siguiente Don Quijote y Sancho fueron a visitar las galeras donde pudieron ver como eran tratados los galeotes que all� se encontraban. Don Quijote y Sancho pudieron asistir a una persecuci�n en donde fue capturado un bergant�n de corsarios de Argel. Cuando ya hab�an apresado este barco decidieron colgar al capit�n pero al ver que era una mujer decidieron darle la oportunidad de que se explicara. Doña Ana era la hija del morisco Ricote, que iba en busca del tesoro de su padre. Ana se hab�a visto obligada a dar noticia de su tesoro al rey de Berberia el cual tenia apresado a su prometido Don Gaspar Gregorio, el cual para ocultarse se hab�a disfrazado de mujer. Doña Ana se hab�a visto obligada a ir en esa nave con los moriscos que hab�a matado a los dos españoles, por lo que ella no tenia ninguna culpa. El virrey que estaba all� presente decidi� perdonar la vida a Doña Ana y mando ir a buscar a su prometido a Berberia.


CAP�TULO 64

Un d�a mientras Don Quijote paseaba, armado, por la playa se encontr� a un hombre que s� hacia llamar el Caballero de la Blanca Luna. Este le dijo que hab�a ido a buscar a Don Quijote para hacerle confesar que su dama era m�s bella que Don Quijote. Don Quijote al no admitir esto decidi� batirse en duelo con Don Quijote. El trato era que si Don Quijote perd�a deber�a de admitir que su dama no era la m�s hermosa y deber�a de permanecer un año de vida sosegada en su pueblo sin utilizar las armas. Si Don Quijote venc�a seria �l quien decidiera acerca de la vida del otro caballero y se quedar�a con sus armas, fama y caballo. Una vez en la batalla Don Quijote sali� derrotado y humillado frente al Caballero de la Blanca Luna. Don Quijote se vio obligado a cumplir su palabra y dijo que se retirar�a un año de la caballer�a pero reafirmo que su dama era la m�s bella del mundo. Despu�s de la batalla el Caballero de la Blanca Luna se march� y a Don Quijote le llevaron a la ciudad en una silla de mano.


CAP�TULO 65

Don Antonio que hab�a perseguido al Caballero de la Blanca Luna hasta un mes�n descubri� que en realidad era el Bachiller Sans�n Carrasco que quer�a que Don Quijote volviese a casa a curarse de su locura. Don Antonio al o�r esto le dijo que era tonto ya que quer�a curar de la locura al loco m�s gracioso que hay en el mundo, pero que no le dir�a nada de eso a Don Quijote para que as� cumpliera su palabra. A los pocos d�as del vencimiento Don Quijote y Sancho volv�an a su pueblo ya que deb�a de cumplir su palabra. Don Quijote iba a caballo y Sancho andando ya que el asno llevaba las armas de Don Quijote.


CAP�TULO 66

Al pasar por el lugar donde Don Quijote fue vencido recuerda el momento de su vencimiento y se entristece. Sancho al o�r a Don Quijote le intenta consolar dici�ndole que �l estaba contento a pesar de que ya no era gobernador de ning�n sitio. De camino Sancho se quejo durante unos cuantos d�as de tener que ir caminando porque las armas las tenia que levar su asno, Sancho sugiri� que deber�an de colgar las armas en un �rbol para poder as� aligerar peso. Don Quijote le regaña efusivamente ya que seg�n �l las armas no le hab�an echo ning�n mal servicio. Al cabo de unos d�as encontraron a dos vecinos que se hab�an retado en una carrera solo que uno era excesivamente m�s gordo que el otro. El gordo le exig�a al delgado que se pusiera un sobre peso en el cuerpo para que as� la carrera estuviese igualada. Sancho al o�r esto dijo que entonces porque no se quitaba el gordo un equivalente en kilos para que la carrera estuviese igualada. De camino a casa Don Quijote y Sancho se encontraron a Tosilos el cual les cont� todo lo que hab�a sucedido en la casa de los Duques en ausencia de Don Quijote y les ofreci� comida. Solo Sancho se detuvo un rato a comer algo pero pronto se incorporo con su amo.


CAP�TULO 67

Hablando de amores Sancho explica que no entiende en absoluto que es lo que tiene el que ver con el desencantamiento de Dulcinea pero que se dar� los azotes cuando le apetezca. Al pasar por un prado y ver a unos pastores a Don Quijote se le ocurre la idea de convertirse en pastores durante el año que tendr� que estar parado. Al decir esto Sancho y el propio Don Quijote comienzan a fantasear acerca de c�mo iban a vivir siendo pastores y se comienzan a inventar nombres para todos sus amigos. Hablando de ser pastores Sancho y Don Quijote comienzan a ponerle a todos sus amigos y parientes unos nombres pastorescos muy extraños y burlescos.


CAP�TULO 68

En mitad del sueño de Don Quijote y Sancho, Don Quijote se despierta y le dice a Sancho que seria conveniente que se diera unos azotes a cuenta del desencantamiento de Dulcinea. Sancho se niega una vez mas y le dice a su amo que duerma y le deje dormir. Poco despu�s de esto escucharon un gran estruendo Don Quijote y Sancho y al poco rato le pasaron por encima de ambos personajes un centenar de puercos. Sancho quiso matar a un par de ellos como venganza, pero Don Quijote dijo que se lo tenia bien merecido por haber fracasado como caballero.


CAP�TULO 69

Cuando llegaron a la casa de los Duques vieron a Altisidora tumbada en un t�mulo. Al parecer Altisidora hab�a sido encantada y para desencantarla Sancho deber�a de darse veinticuatro mamonas, doce pellizcos y seis alfilerazos. En ese momento entraron unas señoras que comenzaron a pellizcar y a pegar a Sancho, pero los alfilerazos no se los dej� dar. En ese momento comentan Don Quijote y Sancho la virtud que este tiene para desencantar doncellas ya que siempre le toca a �l pasar por esas cosas. Don Quijote aprovecha para pedirle a Sancho que se de un par de latigazos para desencantar a Dulcinea, solo que Sancho se niega a hacerlo.


CAP�TULO 70

Don Quijote y Sancho se acostaron pero tardaron en dormirse porque estuvieron largo tiempo hablando sobre los encantadores. Se nos cuenta que los Duques sab�an que Don Quijote iba a pasar por all� porque se lo hab�a dicho el Bachiller Sans�n Carrasco a su vuelta de Barcelona, y hab�an decidido gastarle a Don Quijote la ultima broma. Entr� por la noche Altisidora en la habitaci�n de Don Quijote y tras decirle este que su amor esa solo para Dulcinea, Altisidora comenz� a decir que todo lo que hab�a sucedido esa noche hab�a sido fingido y que ella nunca hab�a estado enamorada de �l. Cuando se incorporaron a la discusi�n los Duques, Altisidora sigui� insultado a Don Quijote llam�ndole feo y otro tipo de insultos relacionados con su triste figura. Don Quijote al poco tiempo decidi� marcharse esa misma tarde.


CAP�TULO 72

Al cabo de unos d�as entraron en un mes�n en donde encontraron a un personaje del Quijote de Avellaneda, Don �lvaro de Tarfe el cual acab� reconociendo que aquellos que tenia delante eran los verdaderos Don Quijote y Sancho y no los que describ�a el autor de su libro, Avellaneda. Don Quijote le pidi� a Don �lvaro que hiciese una declaraci�n en la cual dec�a y afirmaba que el Quijote de Avellaneda era totalmente falso y que todo lo que en �l se dec�a era mentira. A la noche siguiente Don Quijote y Sancho divisaron la aldea donde viv�an y desde lo alto de la colina Sancho se arrodillo y dijo que all� llegaban los habitualmente habitantes de la aldea Don Quijote y Sancho los cuales no muy bien parados pero all� se encontraban sanos y salvos.


CAP�TULO 73

De camino al pueblo Don Quijote y Sancho encontraron al Cura y a Sans�n Carrasco los cuales se alegraron mucho de que Don Quijote y Sancho se encontraron de vuelta en el pueblo. Una vez en el pueblo Don Quijote se fue a su casa con el Ama y su sobrina y Sancho se fue a su casa con mucho dinero para dar a su mujer. Don Quijote les cont� a sus amigos que tenia intenci�n de hacerse pastor durante ese año y les pidi� a sus amigos que le acompañaran en su pastoreo. Los amigos de Don Quijote asintieron para que Don Quijote no se marchara de casa otra vez y volviera a las andadas.


CAP�TULO 74

Cuando lleg� el medico a la casa de Don Quijote y le vio dijo que seria mejor que se fuese confesando ya que no le quedaba demasiado tiempo de vida. Don Quijote al o�r eso hizo llamar a sus amigos y les comenz� a decir que era consciente de todos los peligros en los que se hab�a metido pero que ya hab�a vuelto en s� y que ya era otra vez Alonso Quijano el Bueno. Sus amigos le intentaban animar dici�ndole que pronto iban ser todos pastores y que Dulcinea ya estaba desencantada, pero Alonso Quijano les dec�a que no se burlaran de �l que ya era cuerdo. Tras hacer testamento y dejar una clara muestra de que ya hab�a vuelto a la cordura comenz� a criticar la actitud de Avellaneda que hab�a escrito un libro falso acerca de estupideces como las que �l hab�a vivido. Antes de morir le dijo a su sobrina que, por favor, no se casara con un hombre que conociera las novelas de Caballer�as ya que estas le acabar�an llevando a la locura. Y tras decir esto Alonso Quijano falleci�. lafacu.com no se responsabiliza por el uso que otros o terceros, puedan darle a esta informaci�n.

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